Accidentalmente a propósito

Hoy despierto aturdido, tan cansado de luchar en territorio hostil, azotado por la ira de los que no aceptan que fueron vencidos, ninguneado y entregado a mi suerte, por los que presumen de ignorancia. Es verdad que mi enemigo iluminó su cielo llenándolo de estrellas y reforzó sus defensas contratando mercenarios. Es verdad que en tiempos pasados dominaron el mundo a base de hipotecar un sentimiento a golpe de talonario. Donde os quedaron aquellos soldados que se vestían de honor y lealtad y derramaban hasta la última gota de su sangre por amor a unos colores (...). Y lo habéis intoxicado todo con la prepotencia y vuestros aires de grandeza. Políticos vendedores de almas, que prostituyen sus ideas a cambio de un par de votos. Estáis tan corrompidos que no os dais cuenta que muchos de los vuestros se retiraron de la batalla, valores basados en el esfuerzo colectivo, humildad, generosidad y sacrificio de equipo, sentimientos infranqueables por unas cuantas monedas. Mi orgullo el tener en mi trinchera soldados con valores añadidos. Vuestra pena el contar con mercenarios repudiados, monigotes sin escrúpulos, que se cambiaran de frentes, y besaran otras banderas según los acontecimientos del combate. Sois tan pobres que solo tenéis dinero.