Números Rojos
Actualizado: GuardarHace un año o cosa así nos pintaron de color rosa las cuentas públicas, que siempre han sido privadas. Ahora, cuando las han hecho con más detenimiento, se divulgan los números rojos y el ministro de Trabajo, que se llama Celestino, nos advierte de que vamos a pasarlas moradas. El Gobierno reconoce que la deuda llegará al 50% del PIB. ¿Ha sido todo culpa de la maldita crisis o andan por ahí demasiados manirrotos tirando nuestro dinero? Un tercio del superávit de la Seguridad Social se ha evaporado y llorar sobre las arcas vacías quizá no sea la mejor manera de compensar la falta de liquidez.
Cuando se desploma el déficit público se dice que siempre aplasta a los mismos, pero no es del todo cierto: también deja laminados a muchos miembros de la siguiente generación. La inflación ha sido comparada con la pasta de dientes, que una vez que está fuera es dificilísimo meterla otra vez dentro. Como sigamos a este ritmo llegará un momento en el que no se recaude nada, ni poco ni mucho, sino nada, y será verdad eso que decía el gran Chumy Chúmez de que los españoles no ahorramos porque nos gusta gastarnos todo nuestro dinero en impuestos.
Nuestra relación con el dinero es mala, pero tampoco es mejor la de la gran patronal con el Gobierno. El señor Diaz Ferrán, que no es que tenga cara de pocos amigos, sino de ninguno, ha acusado al presidente de ser «forofo» de los sindicatos, además de llamarle demagogo. Debieran llevarse mejor, en vez de querer llevare el gato al agua cada uno por su cuenta. Así no va a haber forma de sentarles a la mesa de nuevo y el encuentro es necesario. Los políticos se ven obligados a hacer enemistades, a saludarse cordialmente y a darse palmadas en la espalda, imaginando que la espalda es la cara del otro.