Sociedad

Médicos de Navarra acaban con la jaqueca de una mujer que no podía hablar ni comer

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El calvario crónico que sufría la bilbaína Cristina Basoa a causa de una neuralgia glosofaríngea ha tocado a su fin. Una intervención quirúrgica realizada por especialistas de la Clínica Universidad de Navarra ha conseguido erradicar el mal de un modo instantáneo.

Cristina Basoa, prejubilada del sector bancario, padecía un dolor continuo causado por la presión de una arteria sobre el nervio glosofaríngeo, situado en la parte postero-interior de la cabeza. «Me prescribieron una medicación muy fuerte, pero los dolores continuaron en el tiempo y con más frecuencia», recuerda Basoa. Los síntomas empeoraron, «comencé con vómitos y finalmente tuvieron que llevarme en ambulancia al hospital». Permaneció ingresada y la trataron con morfina. Un escáner y una serie de pruebas corroboraron el diagnóstico. La paciente regresó a casa y los dolores empezaron a espaciarse, aunque cuando aparecían seguían siendo terribles.

Tras realizar a la paciente diversas pruebas exploratorias se confirmó que sufría «una neuralgia glosofaríngea», ya diagnosticada en otro centro médico. Para tratar el problema, el doctor Bartolomé Bejarano, especialista en Neurocirugía de la CUN, intervino a la paciente el pasado mes de marzo mediante una técnica quirúrgica denominada «descompresión microvascular».

Según ha explicado el cirujano, se trata del «procedimiento aplicable a cualquier nervio comprimido por una arteria o vena» aunque «el caso que hemos operado es una patología muy infrecuente, por lo que existen muy pocos especialistas con experiencia en su abordaje quirúrgico».

Éxito quirúrgico

La técnica quirúrgica empleada se aplica con mayor frecuencia para tratar casos de neuralgias del nervio trigémino, que afectan a una persona de cada 15.000 y cuya incidencia es entre 80 y 100 veces superior a la de la neuralgia glosofaríngea. La intervención se prolongó durante casi cuatro horas, el postoperatorio resultó satisfactorio y las primeras 24 horas se mantuvo a la paciente en la UCI, y como no presentó complicaciones se le ingresó en planta donde permaneció hospitalizada durante seis días. El cuadro de dolor neurálgico desapareció totalmente tras la operación, por lo que a la paciente se le pudo retirar, de forma paulatina, toda la medicación prescrita con anterioridad.