Un centenar de personas secundó la concentración. / ESTEBAN
Ciudadanos

La empresa garantiza que el 70% del personal es jerezano

La alcaldesa recuerda la libertad de la subcontrata para elegir a su cuadrilla Desde Ikea afirman que se respeta la ley

| JEREZ Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La dirección de la firma sueca Ikea no ha tenido más remedio que salir a la palestra para pronunciarse sobre el parón que están sufriendo las obras del complejo jerezano debido a la protesta de un piquete de desempleados. A través de un comunicado, lo primero que hizo ayer la empresa fue recordar que a partir del próximo mes de septiembre comenzará el proceso de selección del personal del centro comercial, que tendrá una plantilla de 300 personas «en su mayoría del ámbito local y su zona de influencia».

Con este apunte, la compañía pretende zanjar una parte de las críticas vertidas por los operarios parados, que denuncian que se haya contratado para construir el edificio a 250 obreros de otras poblaciones e incluso del extranjero, en un municipio con un más que elevado índice de desempleo. Desde Ikea, dejan claro que los trabajos se están realizando a través de unas subcontratas «independientes», que son las encargadas y responsables de la plantilla. No obstante, insisten en que la dirección siempre vela por que, en igualdad de condiciones, las empresas apuesten por personal de la localidad en cuestión, sin olvidar que, como ya ratificó la Inspección de Trabajo, éstas cuentan con todos los permisos necesarios y autorizaciones legales.

En concreto, en el comunicado aseguran que el 70% de los trabajadores de la construcción del complejo son jerezanos, mientras que hasta un 75% de ellos proviene de Andalucía. Unos datos que, sin embargo, distan mucho de lo considerado por el secretario local de Comisiones Obreras, José Manuel Trillo, que volvió a remarcar que prácticamente ningún empleado es de la zona.

La alcaldesa, por su parte, aunque no quiso involucrarse demasiado en el problema argumentando que se trata de algo que «afecta sólo a Ikea y a sus trabajadores, por lo que no entraremos en el tema», sí acabó posicionándose al afirmar que hasta un 80% de la plantilla (cifra incluso superior a la facilitada por la empresa) es de origen local.

Y es que Pilar Sánchez no tuvo más remedio que pronunciarse sobre el asunto, ya que los piquetes se presentaron en San Juan de Dios, donde estaba inaugurando las obras de derribo de los edificios abandonados, para exigirle que mediara en el conflicto y propicie la contratación de los jerezanos que actualmente se encuentran en paro. A pesar de sus argumentos anteriores, Sánchez tuvo que recordar que al fin y al cabo, según la ley, la subcontrata que presta servicio a la multinacional tiene total libertad para elegir a su cuadrilla.