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EE UU y China abordan el marco de las relaciones que «moldeará el siglo XXI»
Obama preside una cumbre bilateral para acelerar la salida de la recesión y sentar las bases de una recuperación duradera
| NUEVA YORK Actualizado: GuardarEstados Unidos y China tratan de sellar un nuevo marco de relaciones «que moldeará el siglo XXI». Así de ambicioso se mostró Barack Obama en la apertura de una cumbre bilateral en Washington en la que ambos países profundizarán en su cooperación económica, cambio climático, y seguridad regional y global. El mayor reto que se plantean las dos superpotencias es vencer la recesión global con herramientas que hagan posible una recuperación duradera.
El encuentro está liderado por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, mientras Pekín ha enviado una nutrida delegación de 150 personas, al frente de la cual figura el consejero de Estado, Dai Bingguo. «La crisis actual ha servido para demostrar que las decisiones que tomamos en nuestras fronteras tienen su repercusión para la economía mundial», dijo el presidente estadounidense.
El inquilino de la Casa Blanca dejó claro que los lazos entre EE UU y China pueden crear un mundo en mejores condiciones, dado que la alianza entre los dos países es un prerrequisito para el progreso de otros retos más apremiantes. Luego enfatizó que Pekín y Washington pueden promover la estabilidad financiera a través de reformas que aporten mayor transparencia y supervisión, que respeten un comercio libre y justo, y que busquen la conclusión de «una Ronda de Doha ambiciosa y equilibrada», en referencia a las conversaciones de liberación del comercio internacional.
De cara a los críticos que consideran que los chinos siempre salen ganando de sus alianzas con los norteamericanos, Obama se mostró convencido de que si las cosas en el país asiático van bien la economía estadounidense sería de las más beneficiadas. «Al igual que China se ha transformado gracias a las inversiones exteriores y a sus exportaciones, también puede ser un enorme mercado para los bienes de consumo estadounidenses».
Depreciación de dólar
En la reunión se espera que Washington presione a Pekín para que estimule el consumo doméstico y dependa menos de sus exportaciones. Los empresarios estadounidenses se quejan de la falta de limpieza de sus competidores chinos. Otro asunto económico es la queja de que el régimen comunista devalúa deliberadamente su moneda para aminorar el precio de sus exportaciones. Al Gobierno chino le preocupa la depreciación del dólar, ya que posee más de 800.000 millones de dólares en deuda pública estadounidense (562.000 millones de euros). Obama no dejó pasar la ocasión para recordar el tema de los derechos humanos, un asunto sensible por la represión de Pekín a las minorías étnicas de su territorio.