MAR DE LEVA

Lanza en astilleros

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Es un libro grande, hermoso, editado con gusto exquisito y para paladares expertos, en literatura y en historieta. Lanza en astillero, se llamó y se llama, un proyecto coordinado por Jesús Cuadrado, experto en la cosa, y en el que colaboran algunos de los dibujantes y guionistas de historieta más importantes que ha dado este país nuestro: Miguel Calatayud, el compa Lorenzo Díaz, Toni Guiral, Carlos Nine, Max, Micharmunt, Luis Durán, Miguelanxo Prado, Pere Joan, y Fernando de Vicente entre otros. Fue, ya digo, la forma de celebrar desde el comic, hace ya casi cinco años, el cuarto centenario de la publicación de El Quijote, y como tal fue un proyecto ambicioso, sincero, exquisito, y que publicó la comunidad de Castilla-La Mancha, como no podía ser de otra manera. Párrafos diversos de la novela de novela interpretados desde la ilustración, con admiración, con poesía. Les confieso que me queda la espinita en el costado de no haber participado en ese proyecto.

Ahora resulta que es un tebeo obsceno. Y pornográfico además, vaya tela. Las mentes biempensantes pocopensantes de este país, con eso de que es verano y ya está bien del culebrón Florentino, ala, han destapado la caja de los truenos porque, vaya por Dios, ese libro (un libro grande, hermoso, insisto, no hecho para todos los públicos), es un manual pornográfico que pone a nuestra derechona cada vez más cavernícola con el grito en el cielo, auxiliada ipso facto por el cabreador oficial de las mañanas radiofónicas. De verdad que cuando leí la noticia creí que se estaban quedando conmigo.

El episodio en cuestión ilustra, con un estilo de dibujo abocetado, entre Picasso y Rubens, para entendernos, los quiebros y apuros que el Caballero de la Triste Figura sufre para quitarse de encima a la mesonera Maritornes, un episodio de lucha libre donde don Quijote sufre en seis u ocho viñetas lo indecible y sale victorioso, reivindicando de paso su amor y fidelidad por Dulcinea del Toboso.

Las escandalizadas concejalas populares, guardianas de la moral y herederas de la Sección Femenina más militante, no se han cortado un pelo y han pedido, claro, dimisiones y cabezas. Un regalo a unos cuantos chiquillos de entre ocho y diez años ha concluido con las disculpas acharadas de los responsables la Junta de Castilla-La Mancha, y no ha llegado, parece, la sangre al río.

De toda esta tontería, lector amigo, colige aquí el cronista unas cuantas cosas. La primera, que nadie de los relacionados con el escándalo ha leído el Quijote en su vida. Que son todos y todas miembros de la generación de la Logse, y no de aquella que tuvo que leerse tamaño libro, escrito de puño singular y letra bastardilla por el Manco de Lepanto, a la misma edad con que estos niños de ahora no pueden ni siquiera echarle un vistazo en dibujitos, sin que por cierto nos escandalizáramos ninguno (ni abandonáramos el sano hábito de la lectura, por cierto). Que tontos son los de la Junta de marras por regalar un tebeo hecho por especialistas para especialistas a unos chavales que no saben ni lo que es un tebeo. sólo porque se piensa del tirón que un tebeo es cosa de niños, cuando éste caso claramente no lo es. Que no sé qué teles ven en Castilla La Mancha, ni qué periódicos leen, sin sexo a todas horas ni anuncios de contactos por doquier. Y que uno no sabe si nuestra clase política peca más de hipocresía, de incultura o de estulticia.