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Votos de sangre
Las alargadas sombras dictatoriales aún planean sobre una democracia joven y tímida que confía poco en sus gobernantes
| YAKARTA Actualizado: GuardarLa tercera mayor democracia del mundo ha tenido que derramar mucha sangre para abrazar el sufragio universal. El preciado archipiélago ha sido colonizado por diferentes potencias a lo largo de la historia. Estuvieron los portugueses, que dejaron el catolicismo a cambio de materias primas; los holandeses se hicieron fuertes a partir del siglo XVII y dieron forma a la Indonesia actual dotando de cierta cohesión a los diferentes reinos, en los que ya había florecido el islam, y los japoneses tenían también al país en su punto de mira durante la Segunda Guerra Mundial y no les costó demasiado arriar la enseña holandesa. Sólo pasaron dos días desde la rendición del imperio del Sol Naciente hasta que Sukarno, que había cooperado con los invasores, declarara la independencia de la república y se erigiera en su nuevo presidente. Indonesia todavía tuvo que combatir un nuevo intento de dominación holandés para izar la bandera rojiblanca. Corría el año 1949.
Sin embargo, la independencia no era un término aplicable al individuo. Sukarno gobernó con mano dura y golpes de efecto que incluyeron la negativa a reconocer a Malasia y la retirada de su país de las Naciones Unidas en 1965. Colmó el vaso de la extrema derecha y el 30 de septiembre de ese año un golpe de Estado dirigido por Suharto, a la postre otro dictador, dio comienzo a un genocidio en el que ciudadanos de origen chino y comunistas se convirtieron en el objetivo de una masa enfurecida que acabó con la vida de medio millón de personas.
Negro capítulo
Suharto introdujo medidas económicas que dieron como resultado una bonanza económica y el despegue de la industria del turismo. Pero también fue el artífice de la invasión y anexión de Timor Oriental en 1976, que sigue siendo uno de los capítulos más negros del país. La crisis asiática de 1997, un 'tsunami' económico que dejó a Indonesia en ruinas, precipitó su salida del Gobierno, el inicio del proceso de independencia de Timor y la celebración en 1999 de las primeras elecciones democráticas.
Susilo Bambang Yudhoyono, nacido justo el año en que se creó la república indonesia, es su sexto presidente desde 2004 ya que hace pocos días -los resultados definitivos fueron dados a conocer ayer- ha sido reelegido para un nuevo mandato entre duras críticas de la oposición. Pero con todo, una década después las alargadas sombras de Sukarno y Suharto siguen planeando en la escena política del país, una democracia joven y tímida que tiene que dar solución a las necesidades y los requisitos de una población diversa que confía poco en sus gobernantes y que ve siempre el abismo de la dictadura a la vuelta de la esquina.