Recortes salariales para los altos cargos locales

C ien empleados del Ayuntamiento jerezano, entre asesores, políticos, cargos de confianza y empleados, que cobran, cada uno, al menos, 55.000 euros anuales, van a conocer finalmente el significado de la palabra crisis, aunque dudo que lo hagan en términos tan crudos como los que sufren buena parte de los vecinos a los que se supone sirven desde sus cargos.

Su jefa, la alcaldesa, nuestra Pilar Sánchez, amenaza, vía plan de saneamiento, con pegar un tijeretazo a sus voluminosas nóminas.

Semejante estructura directiva parece más propia de un auténtico holding empresarial que de un Consistorio como el jerezano, y los sueldos, en estos tiempos, y me atrevo a decir que en otros tiempos también, parecen desmesurados si los comparamos con las oportunidades que los directivos encuentran en el mercado de la empresa privada.

Si algo termina por descolocarme aún más es que con cien estupendos altos cargos cobrando esa pasta reine el mal rollo de puertas para adentro en la casa de todos los jerezanos. Y encima viene Pilar con las rebajas.

Cuidado con las tijeras, alcaldesa, que las carga el diablo, y Cabaña puede terminar instalando la maquinita de los números, al estilo de las carnicerías, para evitar colas en la puerta de su despacho para atender a tanto personal descontento con su gestión.

Lo cierto y verdad es que el volumen de deuda que arrastra el Ayuntamiento no es de recibo. Y no nos engañemos, tampoco toda la culpa es de este equipo de gobierno, que semejante ristra de facturas sin pagar no se acumula de un día para otro.

Técnicamente el estado que presenta la caja municipal es para acogerse a esta formulita que ahora está, por desgracia, tan de moda y que reza algo así como... «ha presentado concurso voluntario de acreedores, antigua suspensión de pagos».

Aunque creo que lo único que separa esta frase de la realidad es su concepto legal, porque literalmente el Ayuntamiento ha suspendido los pagos a casi todos sus acreedores hace tiempo. No hay un euro.

Para el secretario provincial del PSOE ésta es razón más que suficiente para explicar el motín, lo siento, presidente, yo sigo considerándolo así, su reunión con los concejales díscolos, estresaditos ellos con esto de la crisis y el ejercicio de sus responsabilidades, que no son otras que intentar gobernar esta ciudad.

Si con 55.000 del ala tienen tal agobio que necesitan ir a poner a caldo a su jefa contando sus miserias al jefe de su jefa, pues apaga y vámonos.

Si con 55.000 del ala se sienten acorralados por las huestes afines y leales a quien les puso en el cargo, que lo dejen, que no se parará el mundo, ni el suyo ni el nuestro, por ello.

Pero que no se comporten, de forma pública, como el niño que tiene una pataleta porque mamá le ha regañado o le ha dejado sin recreo y corre a los brazos de papá para que le levante el castigo, sabedor de que papá atendrá sus razones y mamá perderá la batalla.

El niño suele conseguir lo que buscaba, que le dejen volver más tarde una noche, o dormir en casa de un amigo, o que pueda salir al patio sin hacer antes los deberes, pero la venganza de mamá estaba latente, porque en el fondo en casa manda mamá, el día a día nos lo marca ella y el nene se ha jugado las zapatillas de deporte de su marca preferida o comer verduras toda la semana por un pulso a destiempo.

Y no es menos cierto que papá y mamá tenían también una posterior bronca monumental por levantarle el castigo al nene sin consultarse antes entre ellos.

Cosas de familia, de una familia, la socialista jerezana, que haría bien en volcar todos sus esfuerzos en ofrecer a Jerez una visión de unidad e ilusión para hacer frente a la segunda mitad de una legislatura que les ha devuelto el gobierno de uno de los bastiones de la provincia.

Cuesta mucho desterrar del recuerdo de los ciudadanos, de los vecinos, de los votantes, imágenes como la que ha ofrecido un equipo de gobierno dividido, enfrentado, buscando padrinos que tomasen parte en el duelo interno por el control del poder.

La foto de Cabaña recibiendo en la sede socialista a la alcaldesa y los concejales de una ciudad de 200.000 habitantes, porque éstos son incapaces de compartir el ejercicio de sus responsabilidades sin montarla parda, no creo que beneficie ni al partido, ni al equipo de gobierno ni a los jerezanos, que esperan otra cosa de sus estupendamente pagados representantes de la ciudad que deben gobernar.