Los féretros de madre e hijo camino del tanatorio. / ANTONIO ROMERO
Ciudadanos

La muerte del bebé de Arcos, aún sin esclarecer

La autopsia confirma que murió ahogado, pero no aclara si fue accidental o fue un asesinato Madre e hijo fueron enterrados en la localidad serrana

| CÁDIZ / ARCOS Actualizado: Guardar
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El enigma sigue sin resolverse y el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Arcos tendrá que recabar más información para concluir si el bebé de un año que apareció muerto en una bañera portátil, falleció de forma accidental o fue asesinado. La madre del pequeño, que se suicidó poco después lanzándose al vacío desde el Balcón de Andalucía de la localidad, dejó una nota manuscrita en la que decía que se le había ahogado su hijo. Sin embargo, al cierre de esta edición, el Instituto Armado no daba por zanjada la investigación. El estado mental de la progenitora, que estaba bajo tratamiento psiquiátrico y había intentado con anterioridad suicidarse, complica la conclusión del caso.

En el Instituto de Medicina Legal de Cádiz se practicó a primera hora de la mañana de ayer la autopsia, que vino a confirmar que el pequeño había fallecido asfixiado por ahogamiento. Sin embargo, el informe no pudo determinar las circunstancias de la muerte: si hubo o no una mano ejecutora que pusiera fin a su vida.

Cuando concluyó la autopsia, el cuerpo fue entregado a los abuelos y ya por la tarde fue enterrado junto a su madre. Margarita Isabel Román Gómez había regresado recientemente a su localidad natal. Había estado viviendo en Marbella, pero había vuelto a Arcos, donde fijó su residencia en casa de sus abuelos. Fue allí, en el número 20 de la calle Granada, donde la madre de Margarita encontró el cuerpo de su nieto, en una bañera portátil que se utiliza para la higiene de bebés.

Ese hallazgo se produjo sobre las cuatro de la tarde, horas después de que la joven madre se hubiera lanzado desde una altura de 60 metros. Las dificultades a la hora de identificarla retrasaron el descubrimiento del cuerpo del pequeño.

El sepelio por la muerte de Margarita y su hijo se celebró en la capilla del Tanatorio de Servisa, en el Polígono Industrial de El Peral, a las seis de la tarde. Media hora más tarde llegaron los féretros al Cementerio Municipal de San Miguel, en Arcos, donde la familia recibió el apoyo de unos doscientos vecinos que quisieron dar el último adiós.

La investigación de la Guardia Civil se centrará ahora en el domicilio donde vivía la madre y reconstruir los últimos días de la joven, quien recientemente había sufrido un fuerte varapalo. La que era su pareja sentimental se había suicidado hace escasos días y ese incidente pudo ser el desencadenante de la posterior tragedia.

Familiares de la chica comentaban el pasado viernes que Margarita sufría de depresión desde que se quedó embarazada, pero que parecía presentar cierta mejoría que se cortó de raíz con el fallecimiento dramático de su novio.

En manos de la Guardia Civil también está la nota manuscrita que había dejado la joven en su casa antes de marcharse y dirigirse hacia el Balcón de Andalucía. Sus últimas palabras son exculpatorias, ya que escribió que se le había ahogado el pequeño. Pero los investigadores tratan de saber si dijo la verdad o sólo pretendía no ser señalada por la muerte de su pequeño.

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