Un joven se somete al alcoholímetro en un puesto de control./ ROMÁN RÍOS
Ciudadanos

«Por la crisis o por los puntos, la gente bebe menos»

Los responsables de discotecas en la provincia perciben un consumo «más responsable» en sus clientes

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Unos podrán atribuirlo a la crisis económica. Y otros al temor de los clientes a ser pillados en la carretera por algún control de la Guardia Civil, con más grados de la cuenta en el aire. Pero lo cierto es que «el consumo de alcohol ha bajado indiscutiblemente en las barras de los bares». Así lo aseguran desde la Asociación de Propietarios de Discotecas y Salas de Fiesta de la provincia de Cádiz.

Y aunque su presidente, Alexis Ruiz Martín, tampoco sabe muy bien a qué fenómeno atribuir tal descenso -si a la coyuntura económica o al alcoholímetro-, sí reconoce que «hace años la gente bebía con más alegría; y ahora se ha vuelto más prudente, especialmente quienes usan el vehículo como herramienta de trabajo, que miran mucho por tomar bebidas sin alcohol».

Alexis Ruiz Martín también explica cómo «ha aumentado el consumo de bebidas sin alcohol y de refrescos» en las discotecas, aunque «las copas siguen siendo las que más se piden».

Según Ruíz, entre los clientes de pubs, bares y discotecas se ha generalizado además la buena costumbre de que uno del grupo se abstenga de beber para hacerse cargo del volante sin alcohol en sangre. Aparte, «la persona que acude a un restaurante también se mira más al tomar un vino», explica Ruíz.

En este punto, el presidente de la Asociación de Hosteleros de Cádiz (Horeca), Antonio de María Ceballos, pone en duda que las cosas hayan cambiado. Porque, bajo su punto de vista, el consumo en los restaurantes nunca ha sido excesivo: «El cliente de la hostelería siempre ha sido muy responsable y prudente, no suele salir borracho de un restaurante». Frente a este tipo de personas, De María atribuye el porcentaje de conductores que aún son cazados por la Guardia Civil a «los que consumen de manera desmadrada en el botellón y en la movida».

Sea como fuere, en la provincia algunas empresas de hostelería han tomado ya originales medidas para reducir el riesgo de accidente entre sus clientes.

Es el caso del Ventorrillo El Chato, que por su situación en la carretera CA-33 entre Cádiz y San Fernando está condenado a que sus comensales tengan que utilizar el coche para llegar y volver a casa. Es por ello que, desde hace años, el restaurante pone a disposición de sus clientes un taxi gratuito para volver a Cádiz, sin que tengan que prescindir del placer de regar la comida con un buen vino.