Un punto de humedad
Actualizado:Un puntito sólo, como las décimas de fiebre, me deja las ideas mojadas. Escribir de lo que se escribe cuando no se tiene ni idea de qué escribir (hablar, el de los políticos es el verbo hablar) es una gilipollez, pero me va a dar pie a permitirme, un momento al menos, sentirme como Juan Pablo Castel, el pintor de Sábato en El túnel (de paso aprovecho para el punto culto), crítico hasta con la vanidad de mi falsa modestia (puntazo). Y es que, si sobrecogedora es la soledad del portero ante el penalti, más acojonante es la cara de tonto (¿yo?) del delantero centro en el fuera de juego, y en ello estoy, fuera de juego. Las noticias van del laberinto al treinta y cuando me quiero fijar ya está el dado rodando y no sé si el debate es acortar la edad penal, alargar las horas de educación sexual, dar condones o cachetazos... Y a todo esto, ni siquiera la cabañuela local que dice «cuando un circo llega a Cádiz lo acompaña el levante» se ha cumplido, y ahí están los Glotis Clowns con un bochorno del carajo encima a cuenta de la humedad (aquí en realidad no hace calor, hace humedad).
Pero bueno, también la humedad tiene su puntito, y ya que estoy, qué menos que comentar lo del Comité Organizador del Festival Aéreo: representantes del Ayuntamiento, Policía Local, Ejército del Aire, Armada, Subdelegación... puede parecer que falta el maestro y el cura, pero el que falta es el delegao de la Cruzcampo: qué desorganización la última vez pa tomarse un bo en medio del bochornazo. Menos mal que la función de este comité es crear un Comité Técnico del Festival (ahí tiene que entrar el de la cerveza, fijo). Ya les digo, esto es como el París de Casablanca, «siempre tendremos la humedad». Bueno, y algún Luis el Cabrón que nos dé el puntito (lo mismo, de ese tema no me he enterao de na, aunque espero no ser el último en enterarme...) (Joé, menos mal que no me llamo Luis).