Las elecciones parciales de Norwich dan otra bofetada a los laboristas
La candidata 'tory' logra el doble de votos que el aspirante del partido del primer ministro británico
| CORRESPONSAL .LONDRESActualizado:Los conservadores británicos de David Cameron ganaron ayer una elección en Norwich Norte provocada por la dimisión de un diputado laborista como consecuencia de los gastos inaceptables que había facturado al contribuyente. La candidata tory, Chloe Smith, obtuvo el doble de votos que su rival laborista. Cameron saludó la victoria como «histórica» y Theresa May, del gabinete en la sombra de los conservadores, señaló que si los mismos resultados se producen en las elecciones nacionales que tienen que celebrarse antes de un año, su partido lograría la mayoría en la Cámara de los Comunes por más de cien diputados.
Los laboristas de Gordon Brown esperaban la derrota. El diputado dimitido, Ian Gibson, era popular entre sus electores y un crítico de la deriva del nuevo laborismo. Los candidatos a sustituirle le mencionaban elogiosamente en sus discursos, algo paradójico para alguien que tuvo que renunciar por el escándalo de los gastos.
Si los conservadores pueden marcharse de vacaciones con la confianza de que el avance de Cameron es sólido y no sufre contratiempos, los laboristas miran a los resultados con algún consuelo. No hubo en Norwick Norte una fuga de sus votos hacia los tories, como ha ocurrido en otras elecciones parciales, se fueron a la abstención.
Crisis política
La campaña ha revelado algunas cosas sobre la política nacional. Los conservadores no se han visto tan afectados como los laboristas por la crisis de la política. El deseo de cambio moviliza a sus electores, pero en el último tramo de la campaña suavizaron sus críticas a los rivales, entendiendo que la población no simpatiza ahora con ese tipo de discurso. Brown ha intentado en las últimas semanas establecer una división entre su partido y el de Cameron. Acusa a los conservadores de planear reducciones en el gasto público y recortes de servicios, algo que él niega que sea necesario a pesar del enorme aumento del déficit en las cuentas del Estado. Pero aún no ha explicado cómo exactamente va a equilibrar la contabilidad pública.
Tras la crisis en torno al liderazgo de Brown hace dos meses, no hay apetito entre los laboristas para airear de nuevo las divisiones internas. El jefe de Gobierno parece tener el camino despejado al menos hasta el fin del año, cuando es posible que, ante la proximidad de las elecciones, se abra de nuevo un debate sobre su candidatura.