R. P. M
Actualizado: GuardarA nadie escapa que la velocidad de ascensión de los dos focos principales de atención de este Tour -Contador y Armstrong- es evidentemente distinta. Lo que quizás resulte mas curioso es cómo el tejano, que fue conocido como el precursor del molinillo, la supercadencia subiendo, ha bajado su régimen de revoluciones de manera importante. Sólo en los metros finales del último puerto, cuando se pone a aquella misma velocidad, vuelve a aparecer el ritmo que le hizo imbatible y famoso.
Actualmente Armstrong se levanta de la bici con muchísima más frecuencia de lo que lo hacía antes. Apenas baja a 82 giros por minuto, se levanta para intentar recuperar el ritmo que sentado apenas soporta en los grandes puertos. El fenómeno es atribuible a dos factores.
Por una parte un descenso de la utilización útil del oxígeno en las piernas, o menor disponibilidad, y por otra la parte mecánica que hace que su par de fuerza útil sentado en este momento sea menos eficiente de lo que era antaño.
Ahora la pregunta es a qué podemos achacar este marcado descenso. Factores de desentrenamiento u oxigenación insuficiente pueden explicar de manera individual el fenómeno que advertimos. Armstrong sube más despacio porque pedalea más lento. Le falta ritmo subiendo porque el oxígeno no llega como antes, o al menos no se utiliza en igual grado.
Estas apreciaciones no deben confundir al espectador que puede rebatir esta tesis poniendo como ejemplo a Contador, el cual se levanta con una frecuencia mucho más propia de los escaladores clásicos. En el caso del madrileño, a partir de un déficit de fuerza útil sentado - una característica de los ciclistas muy altos y delgados- utiliza la propulsión de pie no para acelerar, sino para mantener el ritmo.
El estilo de subida es algo personal y de acuerdo a las características de uno mismo. Del mismo modo que a los espigados no les resulta cómodosubir sentados, a los corpulentos el hecho de levantarse no hace más que enseñar sus puntos débiles. Así las cosas, si algún aficionado observa que tal o cual ciclista pedalea cuesta arriba en contra de lo que se supone que debiera, estamos ante una circunstancia o momento adverso para él -fase previa a bajar el ritmo- en la que acabará pedaleando casi como no le pide el cuerpo.