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Una joven se suicida en Arcos tras ahogarse su hijo en una bañera portátil
La madre estaba en tratamiento psiquiátrico y su estado mental pudo haberse agravado por el reciente suicidio de su pareja La autopsia determinará si la muerte del bebé fue accidental
| CÁDIZ / ARCOS Actualizado: GuardarUna joven de 26 años decidió ayer poner fin a su vida después de que su hijo, de sólo un año, muriera ahogado. Recibía tratamiento psiquiátrico y a familiares suyos ya le había comentado que no quería a su pequeño. Tras fallecer el bebé en una bañera portátil, su madre salió de su casa, recorrió una distancia aproximada de kilómetro y medio para llegar a un punto emblemático de la localidad de Arcos: el Balcón de Andalucía; un precipicio de unos 60 metros de altura desde el que se lanzó al vacío. Aquí terminaba la historia de Margarita Isabel Román Gómez, pero para la Guardia Civil y la Policía Local sólo fue el principio de una trágica historia porque el cadáver del bebé fue encontrado por la tarde.
La madre de la joven lo descubrió al acceder a la vivienda donde residía Margarita. El relato quedó ayer inconcluso y será el forense quien determine científicamente si la muerte del pequeño fue accidental o provocada por su progenitora. Los primeros indicios apuntan a la segunda opción, ya que el cuerpo del bebé presentaba marcas alrededor del cuello. Pero Margarita, antes de acabar con su vida, dejó una nota manuscrita en la que se exculpaba.
El estado mental de la chica, unido a recientes acontecimientos dramáticos que había sufrido, fue previsiblemente el desencadenante de la tragedia. Fuentes cercanas al caso confirmaron a este medio que ya había intentado en anteriores ocasiones suicidarse. Allegados de Margarita aseguraban ayer que parecía que su estado presentaba cierta mejoría, cuando recibió un fuerte golpe emocional: su pareja se suicidió también en Arcos hace escasos días.
El fallecimiento de la joven ocurrió en torno a las doce de la mañana. Los bomberos del Consorcio Provincial fueron los encargados de rescatar el cuerpo que se había quedado muy cerca de un sendero en construcción, junto al río Guadalete.
En ese momento nadie sospechaba que su pequeño ya estaba muerto. El suicidio de Margarita se difundió rápido por las calles de Arcos, en donde ya ha dejado de ser noticia que alguien decida lanzarse al vacío desde la peña de la Plaza del Cabildo. La Guardia Civil tuvo problemas para identificar el cuerpo, porque carecía de documentación y tampoco era una persona conocida en el pueblo.
Margarita era natural de Arcos, pero vivía en Marbella hasta que recientemente regresó a su localidad natal, donde fijó su residencia en casa de sus abuelos, en el número 20 de la calle Granada, en la zona de Las Canteras, donde fue hallado el cuerpo del bebé.
La familia de Margarita estaba fuera del pueblo, habían acudido a El Puerto a pasar el día. Por eso, el macabro hallazgo no se produjo hasta las cuatro de la tarde, cuando la abuela del bebé, conocedora ya de que su hija se había suicidado, accedió a la vivienda.
Los primeros en llegar al piso fueron los agentes de la Policía Local, que constató cómo el cadáver del pequeño yacía muerto en una bañera portátil destinada para la higiene de bebés. A las cuatro y cuarto, la Guardia Civil era alertada y el equipo de Policía Judicial del cuartel de Arcos asumía una investigación, que tiene como primer enigma las circunstancias del fallecimiento del pequeño.
Fuentes cercanas a la familia aseguraron a este medio que «Margarita padecía una depresión desde poco después de quedarse embarazada», incluso llegó a comentar a su madre que «Dios le había dicho que su niño quería morir, que no quería vivir». Era madre soltera y su estado mental no le había ayudado a normalizar su vida. Los familiares fueron llegando al nº 20 de la calle Granada tras conocerse la muerte del pequeño. Algunos daban por hecho que Margarita lo ahogó.
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