Fallece uno de los dos bomberos heridos en el incendio de Tarragona
Pau Costa, de 31 años, ingresó el pasado martes en el hospital con quemaduras de segundo y tercer grado en el 50% del cuerpo y con una lesión pulmonar
ALMERÍA/TARRAGONAActualizado:Uno de los dos bomberos heridos en el incendio de Horta de Sant Joan (Tarragona) ha fallecido en el hospital de Vall d'Hebron de Barcelona tras cuatro días en estado crítico. El fallecido, Pau Costa, de 31 años, ingresó el pasado martes en el hospital barcelonés con quemaduras de segundo y tercer grado en el 50% del cuerpo. Además, sufría una lesión pulmonar por inhalación de humos, un cuadro agravado con complicaciones multiorgánicas que finalmente le ha causado la muerte.
Pau Costa pertenecía al Grupo de Actuaciones Forestales, un grupo de elite de los bomberos catalanes que ataja el fuego desde primera línea haciendo cortafuegos y utilizando fuegos controlados para evitar el avance de las llamas. Con este fallecimiento, son ya cinco los bomberos muertos mientras sofocaban el incendio de Horta.
El otro bombero herido continúa en estado muy grave en el mismo hospital con el 75% del cuerpo quemado.
Un rayo causó el incendio
El incendio fue originado por un rayo que cayó el 14 de julio y prendió en la hojarasca, donde se mantuvo como mecha durante seis días, hasta que el viento, el calor y la sequedad favorecieron su rápida propagación el lunes 20. Así lo ha anunciado el conseller de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, que ha desvelado las conclusiones de la investigación de los agentes rurales sobre el origen de este incendio, que esta mañana ha sido controlado, tras quemar durante cinco días en un perímetro de 1.140 hectáreas.
Para llevar a cabo su investigación, los agentes rurales inspeccionaron el primer perímetro afectado por el fuego, de unas 50 hectáreas, en una zona de pinos. En uno de estos pinos, de unos 14 metros de altura y 30 centímetros de diámetro, los agentes rurales encontraron la existencia de las típicas marcas que dejan los rayos: una larga herida muy reciente, de la que aún supuraba resina. El rayo, no obstante, no fue detectado por ningún sistema técnico, ya que no aparece en el mapa de la tormenta con la que han trabajado los agentes rurales. Ello se debe a que los sistemas de detección no son fiables al 100%.
Según Miquel Angel García, el rayo provocó un pequeño incendio en la hojarasca seca que había acumulada a los pies del pino, y aguardó en forma de brasa hasta encontrar unas condiciones climatológicas propicias para propagarse, ya que hasta entonces la humedad era del 50%, casi no soplaba viendo y el calor era soportable. Sin embargo, la situación cambió a partir del día 20, cuando la humedad cayó en picado, la temperatura subió y el viento empezó a soplar con fuerza, lo que avivó las brasas que aún persistían entre la hojarasca, que se convirtieron en una mecha que acabó dando pie al mortal incendio.
El responsable de los agentes rurales ha explicado que en los incendios provocados por rayos es habitual que el fuego no empiece hasta que han pasado horas o días de la tormenta, que normalmente viene acompañada de lluvia y baja humedad. "Seis días son bastantes días, pero puede ser perfectamente (posible)", ha agregado Miquel Àngel García, quien ha atribuido a la "mala suerte" que las brasas se mantuvieran encendidas durante tanto tiempo, hasta que llegó el brusco cambio meteorológico.