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«Hay artistas a los que sólo les importa ser famosos»
La artista catalana actúa mañana en Cádiz acompañada de una orquesta sinfónica de la mano de su última gira 'Adagio Tour'
| CÁDIZ Actualizado: GuardarDoce años después de que despuntara en el universo musical, la antigua diva del pop español regresa a los escenarios con un espectáculo sinfónico de la mano de su Adagio Tour. Mónica Naranjo deja atrás su antigua imagen para apostar por un trabajo mucho más maduro que rescata su formación clásica. Aunque no renuncia a volver a ser la reina de la discoteca, la intérprete de Sobreviviré o Desátame ha decidido explorar un nuevo registro y sobre todo, hacer lo que le gusta, sin imposiciones ni presiones de ningún tipo. Tras recorrer media España, la pantera de Figueras actuará mañana en la Plaza de la Catedral junto a una orquesta de treinta personas y un coro lírico de ocho voces.
-Su espectáculo está vinculado a la música clásica y sinfónica, ¿por qué ese cambio de registro?
-Creo que es necesario volver a los inicios. Los que hemos crecido con el clásico y hemos estudiado en conservatorio tenemos en algún momento la necesidad de volver.
-¿Va a huir entonces de las pistas de baile?
-Todos los estilos son necesarios. Nunca me voy a alejar de la música alternativa, de la clásica o de las pistas de baile.
-¿Borraría algo del pasado?
-Chicas malas, ahora no lo hubiera hecho. Fue la única vez que me sentí forzada a hacer algo.
-¿Reniega de ese disco?
-No, no. Simplemente no fue un trabajo como los demás, que lo haces porque te gusta. No tuve tiempo para prepararlo, fue trabajar a contrarreloj.
-¿Se siente ahora más libre para crear?
-Siempre he hecho lo que sentía que tenía que hacer. Con Chicas malas fue como estar delante de un encantador de serpientes. Era una gran oportunidad y tenía que ceder. Pero ahora me doy cuenta de que los artistas tenemos que ser nosotros mismos. Cuando hago un disco me suelo tomar mi tiempo de reflexión, de trabajo, disfruto del proceso.
-¿En qué ha cambiado Mónica Naranjo en estos últimos años?
-La edad lo que nos da a los artistas es madurez para saber por donde tenemos que ir. Ser fieles a nosotros mismos y a nuestros ideales. Espero que eso vaya in crescendo.
-¿Cómo ha encontrado la industria discográfica tras siete años de retiro y después de la revolución que ha supuesto internet?
-Tiene su lado bueno y malo. La parte buena es que ahora los artistas tienen más libertad. Tienen espacios como My Space donde hay músicos que funcionan y a los que no se les daría una oportunidad. Es una ventana al mundo. Pero internet sigue siendo un monstruo incontrolable. Aun así confío en que poco a poco se controle y haya menos espacio para la demagogia y la piratería.
-¿Cuál es el principal mal de la industria musical de hoy en día?
-El problema es la falta de talento en general, de artistas y directivos. Todos van por el camino fácil para vender más discos. Van a lo comercial y a lo que funciona.
-¿Entonces los artistas tienen parte de culpa?
-Hay dos tipos de músicos. Los que nos lo cocinamos y nos lo comemos y nos peleamos con todo el mundo para que nos dejen hacer bien las cosas y los que dicen amén a todo. A estos no les importa la industria, sólo ser famosos. Éste es un trabajo que encierra arte, sacrificio, disciplina... y eso lo entendemos muy pocos. Sólo los que realmente amamos nuestro trabajo y respetamos un escenario. Hay que tomárselo en serio porque dejamos un legado a las nuevas generaciones. Los artistas se hacen con los años. Yo llevo veinte y apenas sé nada. Por otro lado, además de músico soy público y compro discos y tengo que decir que a veces me he sentido timada porque compras un álbum y sólo vale la pena un tema, el resto es una mierda. Siempre tiene que prevalecer el arte, no el afán de ser famosos.
-¿Cuál es el último disco que se ha comprado y le ha gustado?
-El último de Muse. Me encanta. Son artistas alternativos de formación clásica.
-¿Qué artista o grupo destacaría del panorama actual?
-La verdad es que estoy un poco desconectada de lo que suena porque no suelo escuchar la radio. Normalmente conozco grupos a través de mi hijo, que me recomienda muy buena música. Lo último que me ha recomendado es Kingdom of welcome adiction de IAMX.
-¿Qué le dice de su carrera?
-Dice que lo mejor que he hecho hasta el día de hoy es Tarántula. -Confiese algún hobby o alguna faceta que crea desconocida por el gran público.
-Soy una gran lectora, me gusta hacer cursos de cocina, también el senderismo y pasear en bicicleta. Pero lo que más me gusta es estar rodeada de animales.
-¿Tiene muchos en casa?
-Sí, tengo perros, gatos, ardillas, tórtolas, erizos... No puedo tener tigres porque no me dan permiso que si no los tendría.
-¿No le ha dado por la moda de los animales exóticos?
-Siempre me hubiera encantado tener una serpiente. Una vez estuve a punto de comprarme una pitón albina pequeñita preciosa, pero mi madre me dijo: eso, no te lo cuido.
-¿No le tira para atrás leyendas urbanas como la de la serpiente que dejó de comer para hacer estómago y zamparse al niño de una familia?
-Yo me quedo con una historia que me contaron en un viaje. Cancún significa nido de víboras porque es donde hay más especies distintas del mundo. Hay una que se mueve en la selva donde viven los indígenas. Tiene dos cabezas y les atrae la lactancia. Cuando huelen la leche se acercan por la noche. ¿Y cómo las detectan? Los bebés empiezan a adelgazar y lo que hacen los indígenas para comprobar si vienen por la noche a alimentarse es echar una especie de tierra clara al suelo. Lo que hacen las víboras es separar al niño del pezón de la madre, entretenerles con su cola para que sigan succionando y mientras se ponen las botas. La verdad es que la naturaleza es muy sabia.