La Guardia Civil de Cádiz desarticula una banda de ladrones rumana responsable de más de 100 asaltos en supermercados
Actualizado: GuardarSe introducían por el método del butrón en locales comerciales de toda España, donde se han hecho con un botín de más de 300.000 euros. Contaban con una extensa red de informadores y una cerrada estructura jerarquizada. Actuaban también en narcotráfico, prostitución o duplicado de tarjetas de crédito.
La Guardia Civil ha desarticulado una banda de ciudadanos rumanos, especializada en el robo de supermercados así como otros locales comerciales, con varios detenidos en Cádiz.
En total se ha arrestado a 13 personas en Cádiz, Huelva y Sevilla e imputadas otras siete, todas de origen rumano. Además se han intervenido cinco de los vehículos con los que efectuaban los robos, recuperándose multitud de objetos robados.
Los asaltos se fueron sucediendo a lo largo de seis meses y habían conseguido un botín valorado en más de 300.000 euros, entre el dinero en efectivo y múltiples objetos.
La organización contaba con “informadores” en todo el territorio nacional, que señalaban a la banda los objetivos “más rentables y menos vigilados” llegando incluso a controlar los horarios de retirada de caudales por los furgones blindados
La Operación Aníbal (como se ha bautizado) ha sido llevada a cabo por la Policía Judicial de la Guardia Civil de Cádiz, apoyada por las correspondientes de Sevilla y Huelva.
El repentino incremento de robos en la provincia de Cádiz y en las limítrofes, utilizando un mismo “modus operandi”, hizo suponer a los investigadores que una misma organización delictiva, con gran movilidad podía ser la responsables de estos hechos. Durante las tareas de vigilancia y seguimiento, los agentes de la Guardia Civil lograron detectar su aparato de información y en semanas posteriores la identidad de los miembros de la banda.
Como consecuencia de esta información obtenida se logró sorprender “in fraganti” y detener a parte de la organización mientras trataban de robar en una famosa tienda de ropa de marca en pleno centro de la ciudad de Huelva.
La organización tenía una estructura jerarquizada, empleaba sofisticados sistemas de transmisiones, inhibidores de frecuencia para neutralizar las alarmas, ropa oscura para no ser vistos por la noche, guantes y herramientas para cometer los robos.
Varios integrantes de la banda, haciéndose pasar por clientes, realizaban una primera fase de exploración del objetivo donde iban a actuar, observando el sistema de alarmas, cámaras de vigilancia y locales anexos al supermercado para realizar butrón. Una vez obtenida la información avisaban al jefe de la organización.
A continuación, una vez acordado el día del robo, los integrantes de la banda, se dirigían a los
lugares que habían estudiado. El grupo establecía un cordón de seguridad constituyendo su propia red de transmisiones para alertar a los que cometían el robo de la posible presencia policial en la zona.
Mediante inhibidores de frecuencia y otros medios electrónicos desactivaban los sistemas de alarma del local y accedían a su interior tras realizar butrones en las paredes.
Una vez forzadas las cajas de seguridad se apropiaban del dinero en efectivo u otros objetos de valor de fácil salida en el mercado.
Destaca la gran movilidad de la organización cuyos componentes llegaron a visitar comercios en Barcelona, Zaragoza y Sevilla en un mismo día, robando en unos y logrando información precisa para el robo en otros. Los principales responsables llegaron a recorrer más de 10.000 kilómetros durante el último mes, procurando estar siempre lejos del lugar donde se estaba perpetrando el robo. La red delictiva creía que al trasladarse continuamente de un lugar a otro sus delitos quedarían impunes.
Su especialización en un tipo muy concreto de robo, no les impidió actuar también en otros campos como el narcotráfico, prostitución o duplicado de tarjetas de crédito.
Para poder cometer su último robo, los autores tuvieron que acceder primeramente al patio interior de un edificio en obras saltando por un muro de dos metros. Ya en el interior penetraron en una óptica a través de un agujero (butrón) practicado en la pared y, tras realizar otro nuevo butrón de 1,3 metros de profundidad, accedieron finalmente a la tienda objeto del robo.
En ese momento se pudo activar el dispositivo policial procediendo a la detención de un total de 13 personas de nacionalidad rumana (9 en Huelva, 3 en Sevilla y 1 en Jerez de la Frontera),y la imputación de 7 más.
Entre el material intervenido a los miembros de la organización se encuentran transmisores, inhibidores de frecuencia, radiales, mazos, percutores, cizallas, un arma de fuego, varias armas blancas, diversas tarjetas de crédito falsificadas, cinco vehículos y un total de 40 teléfonos móviles. Además de gran cantidad de efectos sustraídos, ya empaquetados para su envío a Rumania.
La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Cádiz, que ha llevado a cabo la investigación, analiza una gran cantidad de documentación y material intervenido a los detenidos, ya que se sospecha que pudieran haber participado en más de 100 robos en los últimos meses.
Se estima que la organización podría haberse hecho con un botín de 300.000 euros entre dinero en efectivo y los diversos efectos sustraídos.
La investigación ha contribuido a conocer en profundidad el modo de operar de estas organizaciones sumamente “cerradas” y sensibles a cualquier tipo de intrusión. La misma ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción núm. 4 de Cádiz.
Con esta intervención se ha logrado evitar que la organización se trasladara a la zona de Levante, lugar donde tenían pensado instalarse para continuar con sus actividades.