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La condenada, en el momento de ser introducida en el coche policial tras su detención en 2005./ L. V.
ESPAÑA

Condenada a nueve años por quemar al violador de su hija

La mujer mató en Alicante al hombre que agredió sexualmente a su hija de 13 años prendiéndole fuego con gasolina

L. SEBASTIÁN
| COLPISA. VALENCIAActualizado:

La Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a nueve años de prisión y al pago de una indemnización de 140.000 euros para los familiares de la víctima a la mujer que prendió fuego con gasolina al violador de su hija. Además, en un plazo de 15 años, no podrá acercarse a la mujer e hijos del fallecido.

Los hechos sucedieron el 13 de junio de 2005, siete años después de que Antonio Velasco violase a su hija, que entonces tenía 13 años. La sentenciada esperaba el autobús en la localidad alicantina de Benejúzar cuando Velasco, que disfrutaba de un permiso penitenciario y residía en la misma localidad, se acercó a ella y le preguntó por su hija para después seguir su camino y entrar en un bar cercano.

La mujer, víctima de un «trastorno adaptativo» con ansiedad y depresión desde el suceso que marcó la vida de su hija, sufrió un choque emocional que la llevó a dirigirse a una gasolinera cercana, llenar una botella con combustible y acudir al bar donde había entrado Velasco. Una vez allí, le comentó al propietario del establecimiento que sólo pretendía hablar con él pero, cuando llegó junto al violador, le tiro la gasolina por la cabeza y le prendió fuego con una cerilla tras decirle «para que no me olvides». Después salió corriendo del bar.

El hombre, casado y con cuatro hijos, sufrió quemaduras de tercer grado en el 60% de su cuerpo y días después falleció en el hospital universitario La Fe de Valencia. Además, el propietario del bar y un cliente también sufrieron quemaduras al intentar apagar las llamas.

Hallada horas después en Alicante cuando deambulaba sin rumbo fijo y con síntomas de ansiedad, la mujer siempre creyó que nunca se hizo justicia con su hija y, tal vez por eso, decidió tomársela por su mano. Para los magistrados, su pretensión era acabar con la vida del hombre, a pesar de que la defensa alegó homicidio por imprudencia con participación de terceros, por lo que la consideran autora de los delitos de asesinato y lesiones dolosas, con la concurrencia de la circunstancia eximente incompleta de trastorno mental transitorio.

No fue un accidente

Cumplirá ocho años y medio por un delito de asesinato y otro más por un delito de lesiones con instrumento peligroso por las quemaduras que sufrió el cliente que auxilió a la víctima. «Es inequívoco que la acción realizada por la procesada estaba presidida por un dolo de matar», recoge la sentencia.

Para los magistrados, no cabe duda de «que su pretensión era acabar con la vida del joven», como sostuvieron las acusaciones en el juicio, «y no de un simple susto que acabó en un lamentable accidente», como propugnó la defensa.

La acusada, desde la violación de su hija, «un lamentable suceso, reprobable moral, social y por supuesto jurídicamente», ha estado «en la creencia de que no se había hecho justicia con su hija». Ver al agresor le provocó «un estado emocional y de ansiedad» que fue más allá de «una parcial ofuscación».