Zelaya se dispone a hablar con la prensa en la Embajada hondureña en Managua. / AFP
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Zelaya agita el fantasma del magnicidio

Culpa al Ejército de su posible asesinato si regresa a Honduras

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El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, responsabilizó ayer al general Romeo Vásquez, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas del país centroamericano, de su eventual asesinato. «Le hago responsable de mi vida, de mi seguridad», dijo desde Nicaragua. «Si a mí me pasa algo de camino hacia Honduras, el culpable será Vásquez», remarcó.

Zelaya prometió que retornará a Tegucigalpa en algún momento a partir de hoy, vencido el plazo que pidió el pasado domingo el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, mediador en la crisis provocada por el golpe cívico-militar del 28 de junio. «La vía puede ser aérea, terrestre o marítima», especuló.

Será «un retorno pacífico, amparado en el derecho a resistir la opresión», declaró, al tiempo en que confió en que, una vez en Honduras, «el país se tranquilizará totalmente». El ministro de Defensa del gobierno de facto, Adolfo Sevilla, minimizó la advertencia y dijo que si Zelaya regresa «será tratado con toda dignidad, aunque será detenido».

En una entrevista concedida a una radio de Buenos Aires, Zelaya reveló que Estados Unidos «trató de impedir la conspiración» en su contra. Contó que una semana antes del golpe se hablaba de maniobras para declararle «fuera de juicio», pero que, entonces, contó con el apoyo de la representación diplomática norteamericana.

Intransigencia

«Estuvimos juntos -dijo aludiendo a la Embajada de Washington- intentando hacer algunos arreglos una semana antes», confió

«Si estuvo la Administración de Obama tratando de impedir esa conspiración (...) el mundo se puede dar cuenta de la intransigencia de este grupo», sostuvo refiriéndose a los golpistas. Para el presidente depuesto, «la Casa Blanca no está detrás del golpe, ni (Hillary) Clinton, ni el Departamento de Estado (...) pero hay fuerzas internas en Estados Unidos, altamente conservadoras, de ultraderecha, que se han pronunciado a favor del golpe», advirtió.

Son «sectores reaccionarios que se enfrentan a Obama», aseguró. Esta línea de pensamiento fue abonada ayer por el presidente de Ecuador, Rafael Correa. «Hay grupos económicos norteamericanos contra Obama. Creo incluso que el presidente puede correr peligro», alertó. «Hay grupos conservadores, incluso racistas, que jamás van a aceptar que un mestizo, un negro, sea su jefe. Entonces van a estar conspirando contra él», advirtió el mandatario sudamericano.

Mientras, la mediación por la crisis se ha estancado. El plazo que pidió Arias para mostrar una nueva propuesta se cumplió sin resultados. «No aceptaron nada», dijo una fuente de la cancillería costarricense a la agencia de noticias AFP, refiriéndose a la intransigencia de delegación del presidente de facto, Roberto Micheletti, la más intransigente.

Micheletti llamó a la calma a los hondureños ante el regreso del presidente. No obstante, la tensión creció luego de que su gobierno dispusiera la expulsión del personal de la embajada venezolana, una orden que fue desconocida por Caracas.