Imagen de una de las levantás. / O. C.
EL DATO

Casi 400 pescadores de las almadrabas podrían no cobrar el subsidio este año

Los profesionales continúan a la espera de ayudas después de haber dejado de faenar mes y medio antes de lo previsto

| CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Más de 400 familias que viven directamente de la extracción artesanal del atún rojo de almadraba en la provincia pasan estos días con la desazón de no saber si podrán cobrar el subsidio de desempleo por su faena de este año.

El hecho de que esta pesca artesanal se viese interrumpida de forma inesperada a mediados de junio tras alcanzarse el cupo máximo de capturas establecidas para las almadrabas de Tarifa, Conil, Barbate y Zahara, podría conllevar que cientos de marineros no compútenlos 180 días de trabajo necesarios para cobrar el paro.

Todos ellos están ahora mismo «a merced de lo que las administraciones decidan para nosotros». Son palabras de Diego Crespo, responsable de una de las almadrabas gaditanas, que ve con desesperanza la situación tanto de las empresas como de sus plantillas. Tras varias semanas de reclamaciones y «promesas que no se terminan de cumplir», los marineros enrolados en los barcos almadraberos no encuentran consuelo.

De momento, ni la Junta y su Consejería de Empleo ni la Unión Europea a través del Gobierno central han ofrecido alternativas a su paro forzoso. «En otras especies hay ayudas a los paros de pesquería y aquí no sabemos si podremos optar a ellas», explicaba recientemente Juan Pedro Moreno, responsable de la sección del mar del sindicato Comisiones Obreras, que, por ahora, tampoco aporta ningún tipo de novedad al respecto.

Lo cierto es que los marineros llevan ya varias semanas de brazos cruzados, y mientras algunos «se buscan la vida», la mayoría espera que las ayudas sociales, que este año han solicitado por primera vez en muchos casos puedan paliar su falta de ingresos.

En esta temporada de 2009 las cuatro almadrabas gaditanas dispusieron de un cupo máximo de capturas de 1.088 toneladas de atún. A mediados de mayo esa cifra ya casi se había alcanzando, y la Organización de Productores Pesqueros (OPP) que los aglutina decidió entonces solicitar al Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino una ampliación de las cuotas a través del denominado fondo de maniobra estatal. Apenas 180 toneladas más fueron las que se permitieron pescar en las semanas siguientes, pero a principios de junio, fecha en la que otros años «apenas habíamos rozado los cupos permitidos», las artes se encontraban repletas de túnidos. Ni la presión de las diferentes administraciones municipales (el Ayuntamiento de Barbate fue el más activo), ni la movilización de las plantillas de las empresas extractoras sirvió para nada.

Casi mes y medio antes de lo habitual los profesionales levaban las artes de pesca y llevaban los copos a tierra firme, desaprovechando «uno de los pocos años buenos que hemos tenido últimamente», según la OPP.

A día de hoy el sector pide ayudas, pero la solución a largo plazo pasa, a su juicio, por «la flexibilización de los cupos», de tal manera que se permita pescar en años venideros lo que una temporada escasa no se captura. De momento, no han llegado «ni los cursos ni el resto de promesas verbales que nos hicieron hace semanas», sentencia Crespo.