El PP deja solo a su tesorero en su declaración ante el Tribunal Supremo
| COLPISA. MADRID Actualizado: GuardarYa lo advirtió Dolores Cospedal cuando dijo que no hay dos casos iguales entre los afectados por el caso Gürtel y que el PP tomaría sus decisiones a la vista de los presuntos delitos que se les imputan y en función de su cargo o condición. El tesorero Luis Bárcenas defendió ayer su inocencia en soledad y acudió al tribunal a ejercer su defensa sin el respaldo del partido al que pertenece.
Ayer no se concentraron militantes ni simpatizantes en su apoyo a las puertas del Tribunal Supremo, como ocurrió con Francisco Camps. No hubo un solo dirigente del PP que quisiera acompañarle. Nadie se prestó para estar a su lado pero él tampoco quiso que nadie lo hiciera. Se presentó por la mañana, como cada día, en la sede de la calle Génova, y dispuso que uno de los conductores habituales le trasladara en un Audi de la casa hasta el edificio del Supremo, distante apenas 500 metros.
Mientras Bárcenas declaraba en el Supremo, Mariano Rajoy trabajaba en su despacho, al igual que los vicesecretarios Ana Mato y Esteban González Pons. Cospedal y Javier Arenas se encontraban en sus respectivos territorios, en Toledo y Sevilla.
Por su actitud resistente a dejar el partido en tanto avanzan las actuaciones judiciales, Bárcenas se granjeó la antipatía de sus compañeros en la organización para la que trabaja desde hace más de dos décadas. La dirección estaba deseando que el tesorero explicara su versión y se defendiera ante el juez para que el instructor acelere su decisión y se pronuncie cuanto antes sobre el suplicatorio. Bárcenas se declaró siempre convencido de que cuando expusiera sus pruebas y explicaciones quedaría libre de toda acusación. «Dice que esto es un montaje y que cuanto antes pueda demostrarlo y salir de todo, mejor. Quiere que se sepa la verdad de una vez», explicó una de las personas con las que habló antes de ir al Supremo. Tras declarar, regresó a su despacho y se reunió con los dos abogados que le defienden pero no habló con Rajoy.
Bárcenas llevó siempre su propia estrategia y, salvo en las primeras actuaciones en los inicios del escándalo, prescindió de los servicios jurídicos del partido y contrató a sus abogados y a un equipo propio de asesores. La dirección del PP se negó a facilitar información alguna de la comparecencia y un portavoz dejó constancia de su satisfacción por el hecho de que el tesorero haya podido declarar. «Nuestro principal interés es reconocer que el juez es diligente y respetuoso y que en el Supremo no ha habido filtraciones», apuntó.