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El ministro principal Peter Caruana, Moratinos y el ministro de Exteriores británico, David Miliband, ayer. / AFP
Ciudadanos

España avanza en la cooperación con Gibraltar pero sin renunciar a su soberanía

Ambos gobiernos y el británico impulsan acuerdos sobre medio ambiente, transparencia fiscal y lucha contra el crimen organizado

ANTONIO MONTILLA
| ENVIADO ESPECIAL. GIBRALTARActualizado:

«Una reivindicación permanente e irrenunciable». Miguel Ángel Moratinos, ministro de Asuntos Exteriores, reiteró ayer la posición española sobre la soberanía de Gibraltar, un asunto que, sin embargo, se quedó fuera de la agenda del Foro de Diálogo sobre Gibraltar. Lo singular del pronunciamiento es que Moratinos lo realizó a escasos metros del Number 6 Convent, sede del Gobierno de Gibraltar, y en compañía de Peter Caruana, ministro principal de la Roca y del canciller del Reino Unido, David Miliband. El responsable de la diplomacia española cerró su histórica visita al Peñón, la primera de un ministro español en más de tres siglos, sin progresos en la cuestión soberanistas, pero con importantes acuerdos en materia medioambiental, servicios financieros y fiscalidad y cooperación judicial y policial. «España lleva 300 años chocando contra la roca de la incomprensión». De esta forma expresó Moratinos el cambio de rumbo que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero pretende imprimir a las actuales relaciones hispano-gibraltareñas.

Sus anfitriones, Caruana y Miliband, tampoco abandonaron el tono conciliador y distante sobre las aspiraciones españolas. «El Gobierno español también sabe perfectamente cuál es la postura de Gibraltar y del Reino Unido con respecto a la soberanía, pero eso no nos impide llegar a avances en otras cuestiones», indicó Caruana.

Sintonía

El ministro español aseveró que, en el siglo XXI, no se pueden solucionar problemas desde el enfrentamiento y que sólo la historia pondrá a cada uno en su lugar en el conflicto gibraltareño. Criticó la reacción de los responsables del PP. Desveló que el pasado día 8 informó a un grupo de diputados y senadores populares sobre el viaje y, entonces, no pusieron ninguna objeción. «Tendrán que explicar por qué han cambiado de opinión», destacó.

La sintonía de las tres delegaciones participantes en este Foro se demostró en el comunicado conjunto que también dejó aparcado la delicada cuestión de las aguas que rodean el Peñón, que España no cedió por el Tratado de Utrecht de 1713 y que británicos y gibraltareños vienen reclamando hasta las tres millas.

Moratinos apostó por no mirar al pasado ni para analizar situaciones adversas como las provocadas por el chatarrero New Flame. Así, en materia medioambiental y de tráfico marítimo, han decidido comenzar a trabajar en la definición de protocolos de actuación ante eventuales accidentes medioambientales y para luchar contra la contaminación por hidrocarburos o las operaciones de 'bunkering' (trasvase de combustible en alta mar) tan frecuentes en la Bahía de Algeciras. No obstante, tanto Moratinos como Caruana destacaron que más de 100.000 buques atraviesan cada año el Estrecho, por lo que es muy difícil proteger a la zona de accidentes.

Por el momento, ya se habla de establecer una 'línea caliente' entre las autoridades competentes de Algeciras y Gibraltar ante posibles casos de vertidos. En palabras de Moratinos, es «impensable» que españoles y gibraltareños no adopten medidas para «gestionar mejor el tráfico marítimo» cuando por el Estrecho pasan al año más de 100.000 buques, de los que 20.000 entran en la Bahía. Este acuerdo, que permitirá que en futuros accidentes los servicios competentes españoles puedan entrar en aguas que Reino Unido y Gibraltar reclaman como propias sin que esto suponga una renuncia por su parte a la jurisdicción sobre las mismas, ha sido posible después de que las tres partes hayan conseguido superar la última disputa surgida en torno a las aguas y por la que la visita de Moratinos al Peñón, la primera de un ministro español, pendió de un hilo, aunque algunos analistas la vinculan a la política gibraltareña y a la necesidad de Caruana de unir a la población frente a otros problemas internos.

Al margen del acuerdo sobre cooperación marítima, que habla del establecimiento de un ferry entre Gibraltar y Algeciras, las tres partes se han comprometido a que el Instituto Cervantes se ponga en marcha antes de fin de año y Moratinos ha anunciado quién será su director, Francisco Oda, un profesor que fue jefe de estudios de la Escuela Diplomática, aunque no pertenece a la Carrera, y que es natural de La Línea.

España también ha accedido a negociar «con Gibraltar» un acuerdo para el intercambio de información fiscal que siga «como mínimo» el modelo marcado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, según figura en el documento que ha salido de las negociaciones.

Según fuentes diplomáticas españolas, a España no le supondría problema alguno firmar directamente con una autoridad gibraltareña un acuerdo de este tipo después de que Reino Unido haya aclarado que Gibraltar lo haría bajo autorización británica.

España también ha accedido a facilitar la obtención de visados para viajar a España a los marroquíes residentes en Gibraltar «en ciertas condiciones». Muchos de ellos, pese a haber residido legalmente durante más de diez años en Gibraltar, no han obtenido la nacionalidad británica.