Benita Ferrero-Waldner, en Lisboa en 2007. / FRANCISCO LEONG
BENITA FERRERO-WALDNER COMISARIA EUROPEA

«La UE debe ser cautelosa para no dar pasos que agraven la crisis»

La política austriaca realizará una gira por Latinoamérica para conocer de cerca la situación de Honduras

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Benita Ferrero-Waldner es a sus 60 años una veterana en las instituciones de la Europa comunitaria y ahora se plantea otro nuevo reto: ser secretaria general de la Unesco. Pero su inmediato compromiso es un viaje a Iberoamérica, convulsionada en estos momentos por la crisis hondureña.

-Una visita muy comprometida a países como México, Cuba o Argentina, donde sin duda tendrá que seguir muy de cerca la situación hondureña. ¿Qué puede hacer la UE en un caso así?

-Hemos optado siempre por una mediación y una facilitación. Estuvimos preocupados, pero ahora esperamos que Óscar Arias tenga éxito. Él propone un gobierno de unidad nacional que tenga la posibilidad de trazar el camino de una solución pacífica. En este momento hemos postergado las negociaciones sobre el acuerdo de asociación con América Central, vamos a ver dentro de poco lo que nos proponen los países de esa región y después el Consejo Europeo decidirá cuáles deben ser. Lo que no debemos hacer es dar pasos que agraven la situación.

-Viaja como comisaria europea, pero a la vez como candidata a la dirección general de la Unesco.

-Algunos países me han pedido que me presente, porque piensan que se necesita un puesto con cierta proyección, y después de pensármelo mucho he decidido dar este paso.

-¿Cuáles son las cosas de las que más satisfecha se siente en su gestión como comisaria europea?

-Muchas, la política de vecindad, la Unión por el Mediterráneo, el partenariado oriental, las relaciones con los países grandes, con Estados Unidos, con Rusia, con China. He creado un instrumento de gestión de crisis, he trabajado para las mujeres, para la seguridad humana. Hemos hecho más con Asia, y especialmente con Iberoamérica.

-En la Unesco los consensos son aun más complicados que en la UE.

-Hay países de una diversidad cultural enorme, pero ése es precisamente uno de sus fines. Hay una convención del 2005 que aún no está en marcha pero creo que será uno de los mejores instrumentos. Yo me siento honrada de que el gobierno de mi país (Austria) me haya presentado como candidata, pero también el de Colombia, que me ha copatrocinado. La UNESCO no es solamente el patrimonio, es también educación y eso es un enfoque muy importante para África. Mi padre siempre me dijo que la educación era la mejor herencia que podía darnos y gracias a esa educación y esa formación estoy hoy aquí. Hoy en día, la ciencia, la tecnología es importante para todos los países, no sólo los africanos, sino los países medianos como México y otros de América Latina. El diálogo cultural debería estar en la Unesco, deberíamos construir puentes. Hay ya instituciones creadas con las que se podría colaborar en este campo, como la Alianza de Civilizaciones. Siendo una mujer, creo que también puedo aportar una visión nueva para las mujeres de todo el mundo.

-Sería la primera directora general de la Unesco si fuera elegida.

-Sí, no ha habido nunca una mujer en ese puesto. En mi carrera he sido la que ha abierto puertas para las mujeres. He sido la primera jefa de protocolo de la ONU, la primera secretaria de Estado de Exteriores, primera ministra y también la primera mujer comisaria de Relaciones Exteriores. Es verdad que he sido un poco pionera.

-¿No preferiría descansar?

-Preferiría una reorientación de mi trabajo, y como ya tengo una cierta experiencia, creo que podría dar una mayor visibilidad a la Unesco para consolidar las reformas que ha emprendido el actual secretario general. Creo que lo que se necesita es una persona que pueda construir puentes entre los distintos grupos y alguien que le dé un mayor perfil a la organización y que pueda aumentar el volumen de fondos.

-Hará falta entusiasmar a Estados Unidos, por ejemplo.

-Todo depende del liderazgo. Yo tengo muchas ideas y creo que lo mejor sería en efecto involucrar a los países miembros.

-Habla de la educación, pero la educación no da frutos de un día para otro.

-La Unesco es la organización que se ocupa de esto, porque la cultura no es solamente la herencia cultural de los países occidentales, es también la cultura tangible e intangible de otros países, que temen que su cultura desaparezca. Yo vengo de una ciudad como Salzburgo que es patrimonio de la humanidad y en esto es bien conocida la Unesco, pero necesitamos trabajar para que se la vincule con la educación.

-¿Qué habría hecho en un caso como el de las caricaturas de Mahoma?

-Por un lado está el principio de libertad, reconocido en la declaración de los derechos humanos, pero por otro está la libertad de religión. En mi opinión, bastaría con un poco de respeto y de sensibilidad para evitar este tipo de encontronazos. Yo soy muy partidaria de la tolerancia y del respeto.

-¿Qué se ha dejado en el tintero en la Comisión Europea?

-Me habría gustado que se apostase más por una política exterior más enfocada en la potencia de la UE, pero si hay 27 países soberanos, no siempre tienes un impacto fuerte.

-A veces para un impacto fuerte puede bastar una idea clara, como la que transmitió en Bielorrusia: hagan reformas y les ayudaremos.

-En efecto, recientemente estuve en Bielorrusia y tengo la impresión de que fui bien entendida y que tendré su efecto. Las buenas relaciones con Rusia son otro de los grandes objetivos de la UE. En diplomacia, ya sabe que las cosas no siempre son blancas o negras, así que estoy segura de que llegaremos a firmar un buen tratado con Rusia.