Russell el desprendido

Russell Crowe es un gruñón desprendido. Dicen quienes han rodado con él que el hombre es un poco particular, pero nadie podrá negarle que sabe cómo arreglar las cosas. Suele hacerlo soltando la billetera. El otro día invitó a los compañeros de trabajo de la película 'Robin Hood' a cenar y dejó una propina de 700 euros al sufrido camarero. Una 'miseria' comparada con las 10.000 libras que le regaló a una operadora de sonido. La mujer llegó un día al rodaje fastidiada porque su coche había ardido de camino. A Russell la historia le pareció casi cómica pero maldita la gracia que le hizo a ella, que le afeó las risas y le dijo que probablemente él no se hubiera tenido que preocupar nunca de reunir 5.000 libras para un coche. Entonces Crowe se sintió culpable y le extendió un cheque de cuatro ceros.