La madre que quiso vencer a la edad
El caso de Carmen Bousada, fallecida a los 69 años tras dar a luz en 2006 a mellizos mediante un tratamiento, ha reabierto el debate sobre la conveniencia o node limitar legalmente la edad para someterse a un procedimiento de fecundación
| CÁDIZ Actualizado: GuardarLa reciente muerte de Carmen Bousada, la gaditana que hace dos años se convirtió en la mujer con más edad del mundo que dio a luz a mellizos mediante un tratamiento de fecundación, ha reabierto el debate sobre la posibilidad de limitar la edad de quienes quieran someterse a los procesos de reproducción asistida. Desde distintos puntos de vista, especialistas de casi todas las disciplinas coinciden en desaconsejar la concepción más allá de los 50 años, aunque de ahí a fijar por la vía legal una edad máxima va un largo trecho. Actualmente, la Ley de Reproducción Asistida de mayo de 2006 permite que las mujeres se puedan someter a estas técnicas «hasta el final de la vida reproductiva»; un límite genérico que da pie a múltiples interpretaciones.
La mayoría de las clínicas de reproducción asistida sitúan el tope en los 50 años. Sergi Verd, pediatra del Hospital San Pablo de Barcelona, sostiene que «en el momento de la formación del embrión hay más riesgo de contraer todo tipo de patologías si la madre es mayor». «El dicho popular de que estoy sano porque mi madre es joven, que evocaba Josep Pla, tiene algo de cierto», añade. Con todo, Verd no tiene muy claro que la restricción por edad sea lo más adecuado, pues «si se está preparada para desempeñar el trabajo físico y emocional de la maternidad, el niño puede desarrollarse sin probl emas».
Carmela, como era conocida Carmen Bousada en El Puerto de Santa María, saltó a la fama en enero de 2007 cuando dio a conocer, previa exclusiva a un diario británico, que sería madre a los 67 años tras someterse a un tratamiento de fecundación en la clínica Pacific Fertility Center de Los Ángeles. Para conseguirlo, Bousada protagonizó toda una odisea: vendió su casa de Cádiz y mintió a los médicos asegurando que tenía 55 años, el límite legal que establece la ley norteamericana para someterse a este tipo de tratamientos.
La ginecóloga Victoria González, de la clínica Ginefiv, se muestra partidaria de que la legislación española precise la edad máxima para ser madre por métodos de fertilización. Además de los ya conocidos riesgos de la madre, González alude a que «el bebé puede presentar retraso en el crecimiento intrauterino y nacer con poco peso». En relación al caso de Bousada, la doctora declaró que «una mujer de 60 años debe ser la abuela de un niños de dos, no su madre».
Precisamente, los niños y las repercusiones derivadas del hecho de tener una madre mayor están más que nunca en el centro del debate. Jesús Ramírez, del Colegio de Psicólogos, argumenta que por lo general «los padres mayores no están preparados para hacerse cargo de los niños», afirmación que sustenta en que «es un hecho contrastado que en la mayoría de los casos la educación deja mucho que desear». Ramírez cree que limitar la edad de las madres «es ahora mismo una utopía» y, a pesar de que tiene claro que «tener hijos con 60 años es una exageración», no ve que el tema tenga fácil solución.
La presidenta de la Fundación de Familias Monoparentales Isadora Duncán, María García, no oculta que es «partidaria de limitar legalmente la edad» de los embarazos asistidos. María señala que «ahora se piensa mucho en las madres, pero hay que pensar más en los hijos». En este sentido, hace referencia «al peligro de dejar a los pequeños huérfanos» -hecho real en el caso de Carmen- y a la «excesiva diferencia generacional». «Hay que ser realista y tener en cuenta que la madre puede actuar más como la abuela», concluye segura.
La adjunta al Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Carmen González, subraya que «hay que priorizar el interés del niño y lo más adecuado para él tal como establece la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño». Sobre el ejemplo completo de Carmen Bousada, asevera que «ser madre con 67 años excede con mucho del ritmo biológico natural». González recuerda que «en algunas comunidades autónomas hay una diferencia de edad máxima para las madres adoptivas», de manera que «al ser equiparables la reproducción asistida y la adopción se debería poner un límite».
La Iglesia Católica no ha querido pronunciarse sobre el caso de la gaditana. Desde la Conferencia Episcopal aclaran que no tiene sentido analizar este hecho concreto cuando su postura es contraria a la reproducción asistida. Un documento valora que estas técnicas son contrarias a la dignidad humana porque «la persona es siempre sujeto, fin en sí mismo, y nunca objeto o medio para otro».
Sin proponérselo, el tardío instinto maternal de Carmen ha suscitado un debate ético y científico de consecuencias impredecibles. Ahora, el hermano de Carmen, Ricardo Bousada, es el que sacará rédito a la historia con varias exclusivas firmadas en las televisiones.