Un examen con los nervios a flor de piel
La prueba práctica para conducir se le atraganta a la mayoría de los alumnos, que suele aprobar a la segunda
| CÁDIZ Actualizado: Guardar«Es uno de los peores exámenes a los que me he enfrentado, porque los nervios te paralizan». Al igual que Pedro Sánchez, son muchos los alumnos que consideran que la prueba para sacarse el práctico del coche es una de las peores a las que se ha enfrentado. María Luisa Jiménez cree que es porque «tienes a una persona que está constantemente pendiente para ver si fallas y eso hace que te pongas más nerviosa. Además, hay muchos factores que no controlas y no depende tanto de ti».
Los profesores de autoescuelas coinciden en que los nervios de los alumnos son el peor enemigo a la hora de afrontar el examen práctico. Una prueba que por regla general se aprueba a la segunda convocatoria y que se convierte en un verdadero quebradero de cabeza para muchas personas.
«Existen demasiados mitos que los alumnos se meten en la cabeza e incluso la primera vez que van se saben los motes de los examinadores, pero no es para tanto», asegura Jesús Olmo, profesor de prácticas de la autoescuela Gaditana.
Olmo considera que existe una obsesión de los aspirantes a conductores por no cometer ningún fallo y atender al examinador, hasta el punto de que «muchos giran la cabeza cuando habla y dejan de mirar la carretera; lo hacen para entender lo que dice la persona que les examina porque tienen miedo de que les diga una cosa y hagan otra».
Son muchas las anécdotas que guarda sobre a sus alumnos y los exámenes, aunque recuerda que recientemente «hubo uno que soltó el volante y se dio la vuelta porque el examinador le dijo que se había saltado un stop».
Las principales dificultades que encuentra en los alumnos a la hora de conducir es que «cojan las medidas del coche; es algo que les cuesta mucho, al igual que realizar giros. También hay que señalar que el resto de conductores son muy poco tolerantes y restan confianza al alumno».