Cabaña cita con urgencia a la alcaldesa para atajar la crisis del PSOE de Jerez
La primera edil asegura sentirse apoyada por el partido en todos sus niveles, aunque reconoce problemas internos que «se pueden solucionar»
| JEREZActualizado:Límite 48 horas. Este cinematográfico plazo es que se ha arrogado el secretario general del PSOE de Cádiz, Francisco González Cabaña, para mantener una reunión personal con la alcaldesa jerezana, Pilar Sánchez, que logre atajar la crisis por la que traviesa el Ayuntamiento tras la revuelta protagonizada por una mayoría de concejales díscolos y muy críticos con la gestión y las «formas» de la primera edil.
A esta primera reunión, y con idéntico carácter de urgencia, debe seguir, según el seretario provincial de los socialistas, otra que siente en la misma mesa a la alcaldesa y al resto de su equipo de gobierno, según él mismo avanzó en la jonada de ayer.
Cabañas intenta así reconducir una situación que hace tiempo que conocía, y con mayor detale tras reunirse días atrás con esta mayoría de concejales rebeldes, reunión que, al trascender, ha aireado lo que para muchos era ya un secreto a voces, el evidente divorcio entre la alcaldesa y una amplia mayoría de su equipo de gobierno.
La gran protagonista de todo esta historia y diana de los dardos de buena parte de sus compañeros en el Gobierno local se mostró ayer reacia en un primer momento a realizar declaraciones sobre la crisis que se ha abierto en el seno del PSOE jerezano. Por la mañana, en el Ayuntamiento, rehuyó el cuerpo a cuerpo con los periodistas. Por la tarde, en el único acto público que tenía programado con motivo de la visita a una serie de parques infantiles de la ciudad, también dijo a los profesionales de la información presentes que no pensaba responder a preguntas que no tuviesen que ver con el motivo ofiial de su comparecencia.
Acabó, sin embargo, haciendo una breve referencia que, eso sí, dejó claro cómo afronta ella la situación: «Tengo el apoyo de mi partido a nivel local, regional y nacional, en todos lados hay problemas y se solucionan». Y punto. Ni una consideración más. Fue, sin embargo, suficiente para evidenciar dos cuestiones: que públicamente quiere restarle importancia a las diferencias que mantiene con otros ediles jerezanos y que pretende vender a la opinión pública que cuenta con el respaldo de la dirección del PSOE.
El vicepresidente tercero del Gobierno y secretario general del PSOE andaluz, Manuel Chaves, de visita en Sevilla, no pudo evitar referirse, ante la insistencia de los periodistas, a la crisis abierta en el Consistorio jerezano y expresó su pleno convencimiento de que, por encima de las posibles desavenecias entres sus miembros, prevalecerá la lealtad a la institución que representan y a la figura de su alcaldesa, apelando incluso a la propia disciplina de sus cargos.
Encontró replica el ex presidente de la Junta en su eterno rival autonómico, Javier Arenas, presidente regional del PP, que, casualidades del destino, se encontraba ayer en Jerez con motivo de una reunión que mantuvo con representantes de padres objetores a la asignaura Educación para la Ciudadanía. Arenas, aunque afirmó que él no es nadie para dar consejos al PSOE, afirmó que los ciudadanos de Jerez tienen todo el derecho del mundo a «estar escandalizados» ante este episodio. Apuntó también que «se tiene que acabar de una vez esta etapa en Jerez», marcada, según él, por los escándalos y las malas noticias sobre la ciudad en los medios de comunicación, y que es el momento de «dar paso» a una nueva con personas dispuestas a trabajar para solucionar «los graves poblemas que padece, en referencia a la líder local del PP, María José García-Pelayo, y su equipo.
En el plano local, Francisco Benavent, delegado de Juventud, alineado en el sector crítico junto a al menos otros siete concejales, lamentaba la filtración pública de la reunión y su contenido, al tiempo que reconocía la existencia de «discrepancias normales» en el seno del equipo de Gobierno. Eso sí, señalaba que las mismas forman parte de «la normalidad política». María del Carmen Martínez fue todavía más prudente y senegó a valorar lo que está pasando. «Es un tema interno de partido», se limitó a decir por la mañana en una comparecencia para presentar los cambios circulatorios en la calle Porvera.
Malestar en aumento
Hasta aquí las reacciones públicas a la más que evidente fractura existente actualmente en el PSOE jerzano y al rapapolvo que la dirección del partido le habría dado a Pilar Sánchez por la «gestión tan personalista» que está llevando a cabo. Pero, evidentemente, no fueron las únicas, las otras, las que se realizan en secreto y pidiendo al periodista que mantenga el anonimato de la fuente, fueron mucho más numerosas y, sobre todo, contundentes.
La principal conclusión es que las aguas no se han calmado, ni mucho menos, después de la reunión que mantuvo el vicesecretario general del PSOE andaluz, Luis Pizarro, con Sánchez. Éste le pidió que se sometiese a las directrices del partido y que cuente más con su compañeros en el Gobierno local, aunque ella no estaría por la labor. Todo sigue igual y buena parte de la cúpula socialista, tanto provincial como regional, «no tiene esperanza de que la cosa vaya a cambiar, ni siquiera tras la reunión con Cabaña», apuntaba ayer un destacado dirigente.
Desde el PSOE ya se están, incluso, barajando los siguientes pasos a dar para reconducir la situación en Jerez. Hay quien señala que el encuentro con Cabaña vendrá a ser como «una última advertencia» y que, si posteriormente no cambia, «se actuará».