Irán vive la cuarta tragedia aérea en apenas dos meses
168 personas mueren en el cuarto accidente grave desde el 20 de mayo
Actualizado: GuardarSólo aguantó 16 minutos en el aire. Los 168 ocupantes de un avión comercial de la compañía iraní Caspian Airlines fallecieron ayer. El aparato en el que viajaban, que cubría el trayecto entre Teherán y Ereván, capital de Armenia, se estrelló en la región persa de Qazvin, 150 kilómetros al noroeste de su punto de partida. Según las primera hipótesis, no confirmadas ya que al cierre de esta edición no se había encontrado la caja negra, un fallo técnico provocó el siniestro.
Pasaban pocos segundos de las 11.30 horas cuando el piloto del vuelo 7908 que había partido quince minutos antes del aeropuerto internacional Jomeini detectó un problema. De inmediato, informó a la torre de control en Teherán de que algo no iba bien en el Tupolev 154 de fabricación soviética y con 22 años de antigüedad. Intentó aterrizar de emergencia en dos aeródromos menores. Imposible. Optó por dar media vuelta y enfilar el morro hacia la capital de la República Islámica. Aunque probó por tomar tierra de «forma forzosa» por tercera vez en las cercanías de una zona residencial, aportó el vicepresidente de la Aviación civil iraní. Entonces, la aeronave tomó fuego y cayó a plomo al suelo. Tragedia. «El motor izquierdo se incendió», apuntó un testigo en la cadena estatal IRIB. «Desgraciadamente las llamas invadieron el avión en el aire y se estrelló», confirmó el responsable del Gobierno de la provincia de Qazvin para tratar de explicar el cuarto accidente aéreo de gravedad que sorprende al mundo en menos de dos meses.
Y es que los siniestros se acumulan. Desde el 20 de mayo, día en el que un aparato militar impactó contra varias casas en la isla indonesia de Java y causó 101 víctimas mortales, ya son 645 personas las que han perecido en este tipo de catástrofes. La más grave, en el océano Atlántico: 228 vidas truncadas por el desplome de un Airbus que cubría la ruta entre Río de Janeiro y París.
Quemados y desmembrados
De aquel desastre el mar ha devuelto pocos cadáveres. Ahora, en cambio, todos los restos se dispersaron en un descampado de Qazvin, una ciudad de alrededor de 330.000 habitantes. «El Tupolev ha quedado completamente destruido y los cuerpos, desgraciadamente, están totalmente quemados», expuso una fuente oficial, mientras la televisión persa mostraba los restos del avión de Caspian Airlines, compañía fundada en 1992, y de los fallecidos. «Es un gran desastre y hay piezas del aparato dispersas en un área de 500 metros cuadrados. Ha dejado un cráter de 10 metros», explicó un bombero que se afanaba en las labores de rescate.
Pero no pudo salvar a nadie. El impacto fue fatal. Hay dudas sobre la procedencia de las víctimas por el estado de los cuerpos. Las versiones se contradicen. La mayoría coinciden en que gran parte del pasaje era iraní. En este sentido, la autoridad aérea de Ereván subrayó que 160 de los fallecidos eran de nacionalidad persa, seis armenios y dos georgianos. Entre ellos, diez componentes de la selección de judo junior de la República Islámica: ocho deportistas y dos técnicos. La identificación personal, en cambio, será más complicada: «Primero hay que recoger todos los cuerpos desmembrados, entre los que se encuentran varios extranjeros, para poder realizar análisis de ADN una vez que hayan sido trasladados a los laboratorios», explicaron fuentes médicas.
Las reacciones de condolencia no se hicieron esperar. Desde Mahmud Ahmadineyad hasta el presidente ruso, Dmitri Medvédev. Precisamente, el avión siniestrado era de producción soviética. El Tupolev 154 se ha convertido en un aparato muy popular en la zona, pese a que 30 aeronaves de este tipo han protagonizado otros tantos siniestros desde 1968, cuando se empezó a fabricar.