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CiU salva a Zapatero de ir este mes al Congreso para debatir sobre la crisis
El PP se queda solo en su intento de que Chaves explique la subvención a la empresa en que trabaja su hija
| COLPISA. MADRID Actualizado: GuardarCiU actuó ayer como salvavidas del Gobierno y permitió a José Luis Rodríguez Zapatero eludir la comparecencia urgente en el pleno del Congreso para debatir sobre la crisis económica y el paro, prevista en principio para la semana próxima. Los votos de los convergentes y de Coalición Canaria (CC) permitieron al grupo socialista frenar la reclamación del resto de la oposición y dejar las explicaciones del presidente del Gobierno para la primera quincena de septiembre, cuando Rodríguez Zapatero espera poder acudir a la cámara con síntomas de mejora en la economía española.
Los socialistas justificaron la ruptura del compromiso al que habían llegado en enero con ERC e IU -que el presidente realizaría un debate monográfico antes de las vacaciones- en que Rodríguez Zapatero ya ha protagonizado un debate sobre economía cada mes en el pleno del Congreso desde febrero pasado. Consideran que la discusión será más interesante y productiva si esperan dos meses, cuando habrá datos más frescos y claros de la evolución de la crisis y el empleo.
Los argumentos de CiU para apoyar el aplazamiento son similares, con el añadido de que quieren que el Gobierno acuda al Congreso ya con una radiografía realista de la evolución económica para 2010, que sirva de base para discutir los Presupuestos. Los canarios apostaron por el debate en septiembre porque así será posible discutir sobre la temporada turística, que para ellos es fundamental. Los socialistas, sin embargo, no hicieron alusión a uno de sus principales argumentos para evitar la comparecencia: la confianza en que dentro de dos meses pueda haber un pacto de salida de la crisis sellado por sindicatos y empresarios. Los nacionalistas catalanes tampoco comentaron una razón que seguro que ha guiado sus votos, como son las pocas ganas de debatir sobre un pacto de financiación autonómica en el que no han tenido protagonismo alguno.
La jugada del Gobierno disgustó mucho al resto de grupos de la oposición. ERC y IU aseguraron tomar «buena nota de lo que vale la palabra dada por el presidente del Gobierno» y advirtieron a Rodríguez Zapatero de que ésta no es una buena manera de iniciar la fase de colaboración parlamentaria que debía abrir la conclusión del pacto de financiación. El PP aprovechó para destacar que Rodríguez Zapatero «no quiere dar la cara porque no tiene nada que decir».
Mala salud
El Ejecutivo demostró una vez más en la sesión de la diputación permanente del Congreso, el máximo órgano entre períodos de sesiones, su mala salud de hierro. Ganó las seis votaciones que más le preocupaban y logró el apoyo de izquierda y nacionalistas para dejar sólo al PP en su intento de reabrir en la cámara la polémica por la dimisión del ex director del CNI y en su esfuerzo por traer de forma urgente al Parlamento al vicepresidente Manuel Chaves para que diese explicaciones por la subvención que concedió en Andalucía a una empresa en la que trabaja su hija. Los populares tuvieron que soportar cómo el resto de grupos daba por buena la tesis socialista de que sólo trataban de traer estos asuntos a la cámara para desviar la atención del escándalo Gürtel.
El Gobierno logró favores, según en qué casos, de CiU y CC, de ERC, IU y BNG, e incluso salvó la comparecencia urgente del ministro del Interior, pedida por el PP, gracias a una abstención in extremis del PNV, que antes había anunciado su voto favorable. Geometría variable en estado puro. La única reclamación que sabía perdida, la comparecencia urgente del ministro de Industria, Miguel Sebastián, para explicar el cierre en 2013 de la central de Garoña, la transformó en una petición voluntaria del Gobierno para acudir en los próximos días al Congreso y aclarar su decisión.