Los socialistas, obligados por la disciplina interna
| MADRIDActualizado:Los barones socialistas dirán sí al modelo de financiación pergeñado por el Gobierno, pero también en su caso primará la estrategia política por encima de la convicción moral. El sistema que hoy se somete a votación se regirá por los principios que en su día fijó el Estatuto de Cataluña y contra los que se manifestaron en numerosas ocasiones presidentes autonómicos como el andaluz José Antonio Griñán o el extremeño Guillermo Fernández Vara. Toda la propuesta se asienta, aunque no sea de manera explícita, sobre la idea de las balanzas fiscales.
Lo dijo este mismo lunes José Luis Rodríguez Zapatero cuando defendió que era necesario que Cataluña se sintiera «cómoda» porque con el modelo anterior aportaba grandes recursos y recibía por debajo de la media. Tras esta afirmación subyace un planteamiento que siempre ha indignado a quienes sostenían -y no son pocos en el PSOE- que no son los territorios sino los ciudadanos quienes pagan impuestos, es decir, que no es que Madrid o Cataluña como tal pusieran más dinero a disposición de los demás, sino que tienen un mayor porcentaje de población pudiente y, como el sistema fiscal en España es progresivo y persigue una redistribución de la riqueza, es lógico que tengan un saldo negativo.
El Ejecutivo, además, ha incluido las reivindicaciones de todas las comunidades para el cálculo de las necesidades de gasto de cada una y la inyección de 11.000 millones de euros extraordinarios.
Cerrado un acuerdo que garantiza la estabilidad parlamentaria del Gobierno, nadie en las filas socialistas cuestionará ya el sistema.