Vecinos de La Puntilla denuncian que todo el botellón se concentra en su barrio y exigen su traslado
El Ayuntamiento ha propuesto llevárselo a la zona de la Feria Afirma que sufren numerosos actos vandálicos cada semana
| EL PUERTOActualizado:La eliminación del botellón en el Parque Calderón y el establecimiento del Paseo José Luis Tejada como único lugar autorizado ha multiplicado las molestias sufridas por los residentes del entorno de la playa de La Puntilla. Así lo denunciaron públicamente en la tarde de ayer hasta cinco asociaciones distintas tras celebrar una reunión en el que pusieron en común sus problemas de cara a buscar soluciones. Antes de emprender movilizaciones, estos colectivos han optado por ponerse en contacto con los responsables municipales para exponerles la situación en una reunión. La propuesta consensuada es que el botellón se traslade a otra zona que esté deshabitada. En próximas citas, se acordarán propuestas concretas que elevarán al equipo de Gobierno, que ha mostrado su interés de trasladarlo a la Feria.
Los vecinos se sienten perjudicados por una decisión que ha duplicado el número de jóvenes que se concentran en la zona. «Los destrozos también se han multiplicado exponencialmente», según lamenta Fátima Robles, presidenta de la Asociación de Vecinos San Marcos, cuya sede acogió el encuentro. Aparte del ruido y la basura generada, los residentes muestran su temor por las horas en las que acaba el botellón y los jóvenes se desplazan al centro de la ciudad. Botellas rotas, coches atacados y diverso mobiliario público destrozado jalonan las dos avenidas que unen a La Puntilla y el casco histórico durante las madrugadas de los viernes y sábados .
Los propietarios de las embarcaciones atracadas en la desembocadura del río también se consideran damnificados por la movida juvenil. El presidente de la Asociación de Pescadores La Rampa, Modesto Cárdenas, informó de los «continuos lanzamientos de piedras, robos y rotura de los amarres que sufren».
Otra queja es el deterioro del entorno de la Casa del Mar, que, según varios representantes vecinales «se ha convertido en un pequeño botellódromo pese a que no hay autorización del Ayuntamiento». Según Francisco Fernández, de la Asociación Santo Domingo de la Calzada, el volumen de la música de los coches «hace imposible el descanso en los bloques colindantes». «Los vecinos se sienten cohibidos hasta para encender una luz», apostilló.
Descartada la posibilidad de la margen derecha del río por la negativa de la Autoridad Portuaria, el Ayuntamiento estudia ubicar el botellón en el recinto ferial. Este verano su prioridad ha sido «concentrar la actividad en un solo punto para ofrecer mejores servicios de limpieza y seguridad».