El sastre del 'caso Gürtel' gana a Camps en los tribunales
| COLPISA. MADRIDActualizado:El Juzgado de lo Social número 8 de Madrid propinó ayer un duro varapalo a la defensa de Francisco Camps en Valencia. El tribunal ordenó readmitir o indemnizar con 232.500 euros a José Tomás, el jefe de tienda de Forever Young, más conocido como el sastre del caso Gürtel, por considerar que su despido el pasado 11 de febrero (horas después de que conocerse la existencia de la trama corrupta) fue improcedente. La sentencia certifica que no hay pruebas, en contra de lo que afirmaba el PP, de que Tomás falsificara las facturas de los trajes.
El tribunal confirma la existencia de, al menos, quince facturas falsas a nombre de tres empresas de Francisco Correa. Se trata de Diseño Asimétrico, Servimadrid Integral y Orange Market, las firmas a las que, supuestamente, se facturaron los trajes que Álvaro Pérez, El Bigotes, regaló a Camps y a sus tres colaboradores imputados por cohecho, Ricardo Costa, Rafael Betoret y Víctor Campos.
«No le consta a ninguno de los testigos que depusieron en el acto del juicio oral que el actor (Tomás) diera órdenes respecto al contenido de las facturas ni de que las realizara físicamente», ni siquiera que «supiera» confeccionar estos documentos, explica el fallo, que insiste en que tampoco hay pruebas de que el sastre «ordenara» a alguien que hiciera esas facturas con conceptos inexistentes.
El fallo
Forever Young, que acusaba además a Tomás de haber cometido irregularidades contables cercanas a los 466.000 por no contabilizar las devoluciones, debía estar al tanto de aquellas alteraciones. El fallo destaca que la «práctica» de hacer facturas por conceptos inexistentes era «habitual y conocida» por la asesoría contable de la empresa, ya que algunas datan de mayo de 2007, casi dos años antes de que la firma decidiera despedirle.
El fallo del Juzgado de lo Social quiebra la estrategia de defensa de Camps y los otros tres imputados, según reconocieron responsables del PP. El presidente había sostenido hasta ahora que Tomás mentía y que el sastre, en connivencia con El Bigotes, se había quedado el dinero que Camps y sus colaboradores pagaron por los trajes.