Arenas dijo que las tesis soberanistas de los catalanes han logrado contaminar el espíritu de sistema de financiación autonómica. / EFE
ANDALUCÍA

'Pa amb tumaca'

El debate sobre la 'catalanofobia' vuelve a centrar una sesión en el Parlamento de Andalucía. PP e IU dan como claro vencedor al Gobierno de José Montilla

| SEVILLA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Menos corbatas de lo habitual y sus señorías luciendo un moreno incipiente. El pleno extraordinario de ayer sacó a algunos parlamentarios de sus vacaciones, aunque las comisiones cesaron su actividad hace tan sólo tres días.

El inventor de la manida frase las comparaciones son odiosas no se dedicaba a la política. Equiparar los logros de unos y otros es un recurso tan habitual como poco original.

La financiación autonómica es uno de los asuntos sobre los que más se ha discutido en la Cámara autonómica andaluza en estos tres primeros meses de legislatura, sólo superado por la crisis y el desempleo. Rara vez unos mismos datos se prestan a interpretaciones tan contradictorias. Más allá de las acusaciones de mezclar churras con merinas, que unos y otros se hicieron a la hora de valorar en su justa medida los 3.133 millones de euros extra que obtendrán Andalucía sobre el nuevo modelo, la astilla de la discusión fue Cataluña, otro clásico en el Hospital de las Cinco Llagas.

Pedro Vaquero, portavoz de IUCA, fue el encargado de abrir la veda, al corresponderle el primer turno en el atril. «La negociación sobre el nuevo modelo de financiación huele a pa amb tumaca», destacó el parlamentario granadino y experto en temas económicos de la coalición de izquierdas. En una sociedad tan globalizada, incluso en el aspecto gastronómico, el pan con tomate (y con jamón, cuando la crisis lo permite) ya se degusta en todo el territorio español, incluida Andalucía, pero las señas de identidad perduran en el subconsciente colectivo.

Vaquero se puso el parche antes de que comenzaran los reproches. «Y espero que nadie quiera acusarme de catalanofobia». Él representa a uno de los tres partidos que forman el actual gobierno catalán y no entra en esos juegos.

Javier Arenas se explayó en la cuestión catalana. El mandatario popular aseveró que las tesis soberanistas de ERC y los catalanes han logrado contaminar el espíritu de sistema de financiación autonómica.

A juicio de Arenas, «el PSOE está más preocupado en preservar la estabilidad del sillón del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pues los votos de ERC son básicos para mantener a Zapatero en el sillón, que Andalucía salga bien en el modelo de financiación». «En Cataluña todos los partidos han pedido el máximo y aquí la Junta se han conformado con la segunda división», se lamentó. «Era un asunto de Estado que debería haberse pactado con las principales fuerzas políticas, pero se ha pasado de la multilateralidad a la bilateralidad del acuerdo con ERC».

Sin complejos

Carmen Martínez Aguayo entendía que existían motivos suficientes para circunscribir el debate en clave andaluza, por lo que no entendía tanta referencia catalana. La consejera de Economía aseguró que la estrategia andaluza ha huido de «sobre actuaciones», en alusión a las golpes sobre la mesa que, a juicio de PP e IU, habrían dado desde Cataluña para salir más beneficiados.

Martínez Aguayo también les reprochó a la oposición que siguieran anclados en el dibujo de una Andalucía débil y ávida de solidaridad. Una imagen que, a su entender, no se corresponde con la Andalucía actual. «Nosotros hemos negociado sin complejos», remachó.

El socialista Manuel Gracia rebuscó en el pasado más reciente para recordarle al PP el pacto del hotel Majestic. Cuenta la leyenda política, que en 1996, y tras una suculenta cena a base de platos del chef Fermí Puig -con las tarjetas del menú impresas en catalán y en castellano- José María Aznar y Jordi Pujol sellaron un pacto decisivo para que Aznar pudiera gobernar, tras su ajustada victoria en las elecciones. Este tête à tête propició una notable mejora de la financiación para Cataluña.