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ARTÍCULO

'Millenium'

ROSA REGÁS
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No es fácil que un libro de 860 páginas se convierta en un best seller. Pero todavía lo es menos que tras una primera novela venga la segunda y luego la tercera, igualmente exitosas.

Stieg Larsson habría disfrutado del éxito de sus libros si los dioses no hubieran decidido que ya había vivido bastante. Cuando a sus 44 años le llevó al editor los manuscritos de sus tres primeras novelas, todo parecía indicar que le ocurriría lo mismo que a tantísimos autores que han dejado lo mejor de sí mismos en el trabajo, en la creación de su especial mundo, en la estructuración de las miles de historias que nacieron en su imaginación, y que ahora les toca esperar. Y, sin embargo, en este caso, no bien el editor hubo publicado el primer libro de la trilogía Millenium, Los hombres que no amaban a las mujeres, comenzó un boca a boca que traspasó fronteras y consiguió un record inmediato de ventas en todo el mundo. (De hecho, el título en español suaviza el del texto sueco: Los hombres que odiaban a las mujeres. No es de falta de amor de lo que se trata, sino de profundo odio).

Leer el primer libro fue una sorpresa espectacular, aunque no para todos. He leído críticas que no comprenden cómo ha podido venderse tanto y tan rápidamente. Pero hay algo en la estructura narrativa de las obras, en la forma de ir avanzando por un camino plagado de contratiempos, una pericia y conocimiento de los distintos ambientes en los que nos introduce (policía, gobiernos, empresas, espionaje, amores y frustraciones) que incita a saber más aún y descubrir cómo se va desarrollando un argumento cuyos personajes principales, Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist, tienen antenas y recursos para defenderse y deshacerse de los peligros que les acechan. Es impresionante el arte de entremezclar distintas historias, contadas siempre con precisión policíaca. Es impresionante el andamiaje narrativo, denso y complejo pero nunca tedioso. Y es impresionante e inesperado el movimiento de unos personajes tan fascinantes que uno acaba colgado de ellos incluso cuando el libro se ha acabado. El consuelo llega con la aparición del segundo tomo: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, y del tercero, La reina en el palacio de las corrientes de aire.

¡Pero cuánta desolación al saber que nunca podremos leer las 10 novelas de Millenium que tenía previstas el autor! Así que habrá que releer la trilogía.