MIRADAS AL ALMA

Belmonte,de Chaves Nogales

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Se vuelve a reeditar la gran obra de Chaves Nogales, Juan Belmonte. La literatura taurina me expresa una sensación nostálgica, triste, casi quijotesca, como joyas perdidas que hay que cuidar y cultivar pues, ciertamente, algún día el toreo y sus corridas se abolirán. Se aniquilará entonces ese día a un animal privado de su destino, y a una cultura, sangre de España, único arte vigente de la España honda y castiza. Por ello, este tipo de libros son prueba fehaciente de una verdad culta e inteligente. El escritor sevillano Chaves Nogales, que no era taurino, consiguió con sutil inteligencia sacar lo mejor de Juan Belmonte y plasmar su vida como la vivió y soñó. La vivió toreando Nogales, y la escribió soñando Belmonte, ¿o fue al revés? Y es que la sensación es de abrumadora unión: son uno sin sombra.

Todo lo narra Belmonte con una naturalidad casi sin esfuerzo; llana, sencilla y, por ello, mágica. Las proezas del pasmo de Triana poseen mucho de heroicas, de clandestinas, de sueños imposibles y de ironías. La picaresca, a veces al más puro estilo cervantino, cobra interés en pasajes realmente curiosos y fascinantes. Los sueños de un chiquillo que soñaba con ir a África para convertirse en cazador de leones, que toreaba clandestinamente en las noches de las dehesas, que amaba con pasión a sus amantes y que terminó siendo uno de los toreros más misteriosos de la historia. Chaves Nogales se metió en el torero y Belmonte se hizo escritor.

Esta obra es, desde hace mucho, un clásico cumbre que está por derecho en el pensamiento liviano de la inmortalidad, como lo están La Música Callada y El Arte del Birlibirloque, de José Bergamín; obras necesarias para entender lo que el toreo es, con su sufrimiento y sus lucimientos. Obras que fueron, son y serán pues, como digo, cuando ya no hayan corridas tendrán que echar mano de estos libros para descubrir con asombrosa nostalgia cómo éramos y cómo sentíamos los verdaderos españoles.