Vista exterior del casco bodeguero portuense que se quiere convertir en equipamientos. / LA VOZ
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El equipo de redactor del PGOU estudia las propuestas de Campo de GuíaPrecedente negativo

La plataforma presentó alegaciones para que las bodegas tengan usos culturales y deportivos

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El PGOU decidirá el futuro del Campo de Guía, una de las áreas bodegueras mejor conservadas de España. El declive del sector vitivinícola impone que se busquen nuevos usos para el conjunto de bodegas enclavadas fundamentalmente entre la calle Valdés y Los Moros. A pocos días de que se presente la aprobación provisional segunda, la Plataforma Campo de Guía tiene puestas muchas esperanzas pero también mucho escepticismo en que el documento sirva para encontrar alternativas que redunden en el beneficio de los ciudadanos.

Durante las reuniones de la Mesa Técnica de Turismo y Comercio convocadas por el equipo redactor del Plan, la plataforma aportó una batería de ideas que ya desempolvaron allá por el año 2001, cuando, según uno de sus portavoces, Julio Acale, «surgió el movimiento ciudadano para defender una de las señas de identidad de El Puerto que corría peligro en manos de la especulación inmobiliaria». Un estudio exhaustivo y un listado de los distintos niveles de protección de cada bodega elaborados a partir de encuentros con técnicos de la Delegación Provincial de Cultura refuerzan las propuestas de la plataforma.

Entre ellas está la de ubicar en las distintas bodegas muchos de los equipamientos de los que carece el casco histórico, así como otras ideas innovadoras para estimular el turismo: una biblioteca universitaria, un pabellón deportivo cubierto para los centros educativos sin instalaciones de este tipo, un museo del vino y otro taurino, el archivo y depósitos municipales, restaurantes típicos o un mercado de artesanía. Miembros del colectivo incluso entenderían que se instalase un pequeño centro comercial (ya hay un supermercado al inicio de la calle Valdés) y un núcleo reducido de viviendas en la zona que da al colegio Menesteo, donde hay almacenes sin apenas valor artístico.

En palabras de Acale, «lo importantes es que se hagan actuaciones mueble y no sobre inmueble». Es decir, que se restauren las bodegas conservando las fachadas y la estructura y que no haya demoliciones. Surgido del ensanche industrial del siglo XIX, el Campo de Guía es, según Acale «el conjunto bodeguero más valioso del país por su extraordinaria unidad», de ahí que la plataforma considere «el mantenimiento de su globalidad» como una de sus prioridades. En este sentido, el portavoz considera que se trata de «una joya del patrimonio histórico y artístico que está enraizado en el corazón de los portuenses», por lo que se muestran «dispuestos a defenderlos con uñas y dientes de cualquier plan encaminado a eliminar el Campo».

Pese a los temores expresados, desde la plataforma no quieren poner el parche antes que el grano, aunque consideran «muy posible» que se destine parte de su extensión a «hacer demasiadas viviendas». De momento, ni el Gobierno municipal ni el equipo redactor han querido dar pistas de lo que recogerá el Plan. Acale sostiene que la aprobación provisional será «la prueba del algodón de las intenciones del Ayuntamiento».

Pese al buen clima respirado en las reuniones mantenidas con el equipo redactor del PGOU, la plataforma no puede olvidar el mal recuerdo suscitado por aquel proyecto de una inmobiliaria cordobesa que salió a la luz en 2000. La empresa compró un buen número de bodegas con objeto de construir cerca de 3.000 viviendas y centros comerciales. La plataforma nació como respuesta a una iniciativa que, según Acale, «iba a destruir el Campo de Guía con el apoyo del entones alcalde Hernán Díaz «. A su juicio, «las protestas ciudadanas frenaron la catástrofe», debido a que «cometieron el gran error de presentarlo en público».