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ANÁLISIS

Pasado, presente y futuro

DAVID MATHIESON
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E gipto está en África, pero los ghaneses no están de acuerdo. Para ellos, el viaje efectuado por el presidente Obama a El Cairo el mes pasado no vale, por lo que su visita a Accra constituiría realmente la primera al continente africano. Existen en él otros países más grandes y ricos (Nigeria, Sudáfrica), pero Obama ha elegido Ghana para reforzar sus valores democráticos. En 2008 se produjo un cambio de Gobierno en Accra después de unas elecciones que dieron la victoria al partido de la oposición por un margen muy estrecho. En contraste con otros gobiernos africanos, el entonces primer ministro aceptó el resultado con dignidad y dejó su cargo. Obama sabe que tal comportamiento democrático es tan poco común como necesario para que el continente avance. Según lo que dice el ghanés y antiguo jefe de la ONU, Kofi Annan, de todos los factores que impiden una mejora en la economía africana, la corrupción entre la clase política es el más importante.

No obstante, Obama se ha desplazado hasta Ghana principalmente para representar a su pueblo y sus intereses. Sin duda, el momento más emotivo de su viaje ha sido la visita del primer presidente afroamericano de Estados Unidos al siniestro fuerte antiguo en la Costa de Oro que se conocía como 'la puerta de no retorno'. Era el punto de salida para miles de esclavos, los antepasados de millones de estadounidenses como los de su propia esposa, Michelle. Pero es el futuro antes que el pasado lo que más le interesa a Washington; y en concreto, los temas de energía y seguridad. Cada vez más, EE UU depende del crudo que proviene del oeste de África. En la actualidad, los estadounidenses importan un 15% de sus necesidades energéticas del golfo de Guinea, una cifra que puede incrementarse hasta un 35% en la próxima década. Y la competencia con los europeos y los chinos para los recursos del continente es feroz. Al mismo tiempo, el Gobierno de Washington está muy preocupado por la seguridad y, en particular, por la del Sahel, la zona al sur del desierto del Sáhara entre Somalia y Mauritania. Muchos de los Estados de la región son fallidos y caldo de cultivo para el terrorismo islámico. El año pasado el Pentágono creó un nuevo comando, Africom, para coordinar mejor sus planes de seguridad e inteligencia en África. Para que éstos tengan éxito, la estabilidad de países como Ghana en el futuro es esencial.