Los ascendientes esclavos de Michelle reviven al visitar 'la puerta de no retorno'
Actualizado: GuardarLa puerta de no retorno, el infame castillo de Cape Coast, fue, posiblemente, la visita más simbólica que realizó ayer el primer presidente afroamericano de la nación más poderosa del mundo. Y más emotiva aún para su mujer, Michelle.
La fortaleza costera de Cape Coast, construida en el siglo XVII, fue una de las plataformas de embarque de los esclavos africanos que durante siglos fueron exportados por las potencias de la época hacia las nuevas colonias americanas. Hacinados en condiciones infrahumanas, encadenados, vejados y torturados, miles de hombres y mujeres esperaron en las mazmorras del castillo su turno para ser embarcados hacia el Nuevo Mundo, donde serían comprados como esclavos. Sólo los más fuertes sobrevivían.
Sin duda, uno de los episodios más oscuros de la historia de Estados Unidos. Para Michelle Obama, además, la visita era algo más que una lección de historia. Su tatarabuelo sufrió la esclavitud y trabajó en las plantaciones de Carolina del Sur, aunque se desconocen sus orígenes ni de qué punto partió hacia Norteamérica.
Capacidad para el mal
Más de 150 años han pasado ya desde que Cape Coast dejó de servir al comercio de esclavos. Según señaló el presidente estaodunidense, la terrible historia del lugar le recordó la gran capacidad que tiene la humanidad para el mal. Pero también la esperanza que se desprende del largo y exitoso camino recorrido por los afroamericanos desde que abandonaron las mazmorras. Ésta es una lección que espera que sus hijas aprendan de la visita, explicó Michelle, y que nunca olviden la obligación de luchar contra la opresión y la crueldad.
La fortaleza de Cape Coast, a 160 kilómetros al oeste de Accra, fue levantada por una compañía sueca en 1653. Posteriormente pasó a manos danesas antes de que los ingleses conquistaran la costa de Ghana, rica en oro, y tomaran posesión del edificio. Fueron los ingleses los que reconvirtieron el castillo en un mercado de esclavos.