Puente de Ting Kau, en Hong Kong, construido por la empresa española Acciona./ R. C.
Economia

Las constructoras triunfan fuera mientras caen los contratos en España Autovías, la gran esperanza

Las obras en el extranjero garantizan a las grandes empresas un colchón de ingresos para los próximos años

| COLPISA. MADRID MADRID Actualizado: Guardar
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Entre los once primeros grupos de concesiones de infraestructuras del mundo hay seis españoles. Los constructores han sabido aprovechar el ciclo de bonanza económica, en el que han tenido un protagonismo esencial, para diversificar su negocio y expandir su actividad por todo el planeta.

Un liderazgo que esta semana ha tenido su penúltimo episodio en Panamá, donde SacyrVallehermoso ha ganado la ampliación del Canal por 2.200 millones. Los primeros pasos en esta carrera se dieron en Europa y Latinoamérica. Hoy, África, China, Estados Unidos, Oceanía y Oriente Medio se rinden ante la capacidad de los constructores nacionales.

La ventaja añadida es que las constructoras, más allá de 'creadoras' de obras, se han especializado en la gestión posterior de los proyectos, lo que les permite contar con un colchón imponente para los próximos años gracias a los ingresos esperados por las concesiones ganadas ultramar.

Un dinero que compensará la falta de proyectos en España, donde el Ministerio de Fomento, el gran inversor, ha recortado un 65% interanual su licitación hasta mayo. El Gobierno no tiene demasiados proyectos ni dinero con los que pagarlos y ha pedido a los constructores que le ayuden a financiar los futuros desarrollos. Las empresas están dispuestas a poner hasta 15.000 millones, siempre que el Estado les avale.

A falta de los datos definitivos, el selecto grupo de gigantes del sector cerró el año pasado más de 12.000 millones de euros en contratos fuera de España, casi un 10% más que en 2007. Y todo, a pesar de la crisis.

ACS: En 2008, la firma puso en servicio, entre otras obras, el túnel de San Cristóbal en Chile, se adjudicó un puente en Carolina del Norte (500 millones), ganó una depuradora en Dublín y fue elegido por el Estado de Texas como socio para desarrollar un gran corredor de 1.000 kilómetros. Este último proyecto es un hito para la firma por su dimensión; el denominado I-69 unirá la frontera mexicana con la costa del Golfo de México, Houston y los grandes centros industriales y logísticos de Tejas con el norte del país.

FCC: La mitad de la facturación del pasado año le llegó de fuera de España. Recientemente se ha adjudicado, a través de su filial Alpine, la construcción de cuatro estadios de fútbol en Polonia, que acogerá la próxima Eurocopa, por un importe de 515 millones. Una depuradora en El Cairo, un hospital en Irlanda del Norte y el pabellón de Austria en la Exposición Mundial de Shangai son algunos de sus recientes éxitos.

F Acciona: El pasado marzo terminó dos túneles del tren de alta velocidad en Italia, valorados en 275 millones. Prepara ya el centro de convenciones de Ciudad del Carmen (México), una obra de 140 millones. Trabaja también en la autovía A-30 en Canadá, presupuestada en 1.000 millones, y en el campus universitario de San Luis de Potosí (México).

Ferrovial: Cuenta con una cartera de obra internacional de más de 3.200 millones, sin contar con dos proyectos ganados a principios de año en EE UU y Polonia, cifrados en 4.300 millones. Tiene presencia en nueve países y en el primer semestre se ha adjudicado proyectos de autopistas o gestión de aguas residuales.

F Sacyr: El Canal de Panamá ha supuesto el espaldarazo definitivo para la empresa, que acude ahora a los concursos internacionales con un prestigio extra. Fuera de España, Sacyr prepara, construye y explota numerosas infraestructuras. Entre éstas, el puente sobre el estrecho de Messina o varias autopistas en América Latina.

OHL: Tiene presencia en más de 20 países y el 51% de sus ventas proviene ya de fuera de España. La República Checa, Brasil, EEUU, México o Argelia son algunos de los lugares donde trabaja. Entre sus grandes proyectos en el exterior destaca la línea de alta velocidad Ankara-Estambul. Actualmente construye el Circuito Exterior Mexiquense, un desarrollo viario de 155 kilómetros.

El Ministerio de Fomento trabaja a contrarreloj para dar un impulso a la obra pública, que en lo que va de año y en comparación con 2008 no hace sino menguar. La crisis económica tiene su parte de culpa, pero no toda. El año pasado hubo elecciones, y eso se nota en las infraestructuras, pues en periodo electoral el Gobierno de turno se lanza siempre a licitar proyectos que, doce meses después afean, y mucho, cualquier estadística.

La primera alternativa que maneja José Blanco es un paquete de obras para reformar algunas autovías denominadas de primera generación, que son aquellas seis que unen Madrid con distintos puntos de España. La previsión es sacar a concurso la adecuación de 137 kilómetros con una inversión de 510 millones en varios tramos de la A-3 y la A-4. Los contratos podrían llegar antes de agosto, aunque antes habrá que resolver los problemas que ya se crearon el primer paquete de renovación de antiguas autovías. Los adjudicatarios se han visto atrapados al tener que pagar por las expropiaciones mucho más de lo pensaban.