Los viñistas pactan un texto y lanzan la pelota a Fedejerez

Pese a los vaivenes de la última semana, y ante la «pasividad» de la Federación de Bodegas del Marco de Jerez (Fedejerez), las asociaciones de viñistas de la Denominación de Origen dieron ayer un paso de gigante para sacar de la crisis a esta zona productora y, sobre todo, para aclarar el futuro de los miles de viticultores que ven que la vendimia está a la vuelta de la esquina, al pactar un texto en torno a las exigencias que les hacía la Junta de Andalucía para concederles ayudas.

Según informaron ayer diversas fuentes del sector, las cooperativas de Aecovi y los viñistas independientes de Asevi y COAG lograron durante el día de ayer consensuar un documento en el que se recogen los principales puntos sobre los que la Consejería de Agricultura pidió un acuerdo y que ya han enviado a Fedejerez para que «las bodegas lo estudien y se sumen a él».

Uno de los aspectos más importantes del acuerdo es el que se refiere al Reglamento de la Denominación de Origen del Vino de Jerez, en cuyo texto la Junta de Andalucía exigía cambios, y que los viñistas han decidido que vuelva a votarse y debatirse en el pleno del Consejo Regulador que se celebrará a finales de este mismo mes. De esta manera, Aecovi, Asevi y COAG han decidido que el cien por cien del articulado del Reglamento se someta de nuevo a la consideración de los vocales de esta institución para tratar de alcanzar esta vez el consenso que no fue posible hace casi dos años.

Otro de las cuestiones fundamentales de esta negociación es el aspecto referente a los productos complementarios (mosto concentrado rectificado y alcohol) que los viticultores quieren que se haga con materia prima del Marco de Jerez para solucionar los graves problemas de excedentes que existen en la Denominación.

De este modo, el documento que se ha enviado a las bodegas -y que el lunes remitirán también a la Consejería de Agricultura si las bodegas no han dado una respuesta- recoge que en el caso del mosto concentrado rectificado será obligatorio el uso de uva de la zona, mientras que con el alcohol será sólo preferente durante un periodo de cinco años transitorios para dar paso después también a un uso obligatorio.

Este anexo también recoge una aportación que habían defendido las bodegas y que supedita a las condiciones del mercado la utilización de la materia prima originaria de la Denominación.

Las fuentes consultadas apuntaron que a los viñistas no les quedaba otra opción que «mover ficha», ya que la vendimia no puede llegar «sin que haya medidas que alivien el problema de la falta de capacidad y de precio».