ESPAÑA

Tres mil maltratadores llevarán una pulsera con GPS

La alerta saltará si superan los 500 metros de distancia con su víctima, que llevará un móvil con un botón del pánico

| COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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Tres mil maltratadores tendrán más complicado volver a reincidir en su delito. A partir del 24 de julio, irán siempre acompañados por un aparato localizador (un GPS) que dará la alarma si el individuo sobrepasa los 500 metros de distancia de su víctima. Con esta medida, el Ministerio de Igualdad pretende hace efectiva de una forma más contundente la seguridad de la mujer, documentar el posible quebrantamiento de la medida de alejamiento y disuadir al agresor. Además, el departamento dirigido por Bibiana Aido firmó un protocolo de actuación con los ministerios de Justicia e Interior, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y la Fiscalía contra la Violencia sobre la Mujer para garantizar y homogeneizar su operatividad en toda España.

Los dispositivos, elaborados por Telefónica y Securitas, constan de tres terminales. Dos de ellas son una especie de teléfonos móviles, uno para el agresor y otro para la víctima. El aparato de la mujer, además, contará con un botón del pánico. Por otra parte, el maltratador llevará una pulsera, amoldable tanto a la muñeca como al tobillo para que esté en todo momento localizable. Tendrá una autonomía de seis meses. En caso de que se rompa la correa o el individúo se separe más de diez metros del móvil, el dispositivo mandará una señal de alerta a un centro de control único de nueva creación.

Este programa, que cuenta con una inversión inicial de cinco millones, demuestra, según la ministra de Igualdad, que la lucha contra la violencia de género «constituye una acción política esencial y prioritaria para este Gobierno». «Sólo encontraremos la salida desde el esfuerzo compartido», añadió Aído. Por su parte, el titular de Justicia, Francisco Caamaño, destacó «el cambio significativo» que va a sufrir la justicia cautelar que «piensa en la protección de las víctimas». El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, destacó que la sociedad y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado han interiorizado que el maltratro a las mujeres es un problema que hay que cortar de raíz. «Tenemos voluntarios para formar parte de estas unidades para perseguir y proteger», señaló el ministro de Interior, quien además recordó que existe un sistema de evaluación disponible para el resto de policías locales y autonómicos.

Centro de control

La distribución de los dispositivos, que se realizará mediante una resolución judicial, se realizará en todas las comunidades autónomas. Todo el procedimiento se realizará desde un centro de control, que será el único que reciba las señales de alarma. En un plazo de 24 horas, y después de que se comunique la disposición judicial a los agentes (locales, autonómicos o nacionales), este centro de control dará de alta en el sistema los datos de la víctima y del inculpado, así como el cuerpo policial responsable de la protección y del periodo estipulado de vigencia de la medida.

Este sistema de seguimiento tiene dos tipos de avisos: alarma y alerta, que están graduados de mayor a menor riesgo. Las alarmas se generarán en caso de incidencia técnica grave, como que deje de funcionar o se produzca la rotura del brazalete, la separación de éste de la unidad 2Track (nombre técnico de los aparatos) o la descarga de la batería.

Además, también se considerará alarma si el inculpado entra en la zona de exclusión o se aproxima a la víctima y se pierde la cobertura del sistema de localización. En todos los casos, en cuestión de segundos el centro de control avisará a los agentes designados para que intervengan.

En cuanto a las alertas, podrán saltar por incidencias técnicas leves que supongan una anomalía del sistema pero no su interrupción; por la aproximación del inculpado a menos de 500 metros, en cuyo caso el centro de control conectará con el inculpado o por la presión del botón del pánico. Tanto si no se logra la comunicación como si se constata que se encuentra en una situación de peligro, se actuará de conformidad con lo previsto en casos de alarma.

A Rosario Peso no le salvó que su pareja, Maximino Couto, llevara la pulsera de los maltratadores. En noviembre del año pasado, Couto, que cumplía condena en la cárcel de A Lama por un delito de violencia de género, salió con un permiso de fin de semana y la firme intención de asesinar a su ex mujer.

Couto se arrancó la pulsera antimaltrato y se dirigió al domicilio de ambos, en la localidad pontevedresa de Tourón. Allí mató a Rosario a golpes en la cabeza. Después, el asesino se desplazó hasta la casa de su ex esposa, a la que no encontró, pero sí halló a un matrimonio de vecinos, a los que apuñaló e hirió. La Guardia Civil lo detuvo pero nadie pudo impedir que, semanas más tarde, Couto, otra vez en prisión, se suicidara.

Su caso levantó una agria polémica. Los funcionarios de prisiones, acusados de pasividad, se defendieron asegurando que la alarma que les avisó de que el maltratador se había quitado la pulsera sonó media hora después de que Couto se la arrancara: 30 minutos que le costaron la vida a Rosario.