ESPAÑA

El Gobierno recupera a sus aliados ocasionales para salvar los Presupuestos

Los socialistas no logran nuevos apoyos, pero tampoco sufren deserciones

| COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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Dos a uno. El Gobierno superó la tercera y definitiva votación del Congreso para aprobar el techo de gasto de los Presupuestos de 2010, un paso imprescindible para tramitar las cuentas públicas del próximo año. El Ejecutivo no perdió ninguno de los apoyos que consiguió en la votación del 25 de junio, pero tampoco sumó ninguno nuevo a su causa. Fue suficiente con asegurarse las imprescindibles abstenciones para sacar adelante el reto.

Los socialistas echaron mano de nuevo de las alianzas ocasionales en la Cámara Baja para aprobar con 170 votos a favor, 150 en contra y 15 abstenciones el límite de gasto en los Presupuestos de 2010. Una colaboración que no se materializó en votos a favor sino en unas abstenciones que fueron suficientes para impedir que los votos en contra superaran a los favorables. El PSOE sólo contó con sus votos más los dos de Coalición Canaria y el de Unión del Pueblo Navarro, un respaldo que permitió derrotar el rechazo del PP, PNV, Esquerra Republicana y UPyD. Los nacionalistas catalanes y gallegos, IU-Iniciativa per Catalunya y Nafarroa Bai aportaron las valiosas abstenciones para el Gobierno.

Veto del Senado

El Congreso levantó así el veto impuesto por el Senado el 30 de junio con los votos de populares, republicanos y nacionalistas vascos, que reunieron la mayoría de la Cámara Alta. Pese al triunfo parcial de ayer, el Gobierno no tiene garantizada la aprobación de los Presupuestos de 2010. La negociación comenzará en septiembre, y el objetivo gubernamental es lograr la complicidad de los grupos más pequeños. Sus 11 votos, repartidos entre siete formaciones distintas, son vitales una vez descartada la colaboración de CiU y PNV.

En el debate se repitieron los argumentos de hace 13 días. El duelo dialéctico deparó, además, batallas particulares al margen de lo que se discutía; como la del republicano Joan Tardá y el portavoz de CiU Josep Sánchez Llibre a propósito del nacionalismo catalán.

Fuera de esta escaramuza, nada nuevo bajo el sol. El portavoz del PP Cristóbal Montoro dio una vuelta de tuerca a su discurso crítico y acusó al Gobierno de llevar España «a la ruina, a un agujero negro» por «despilfarrar la herencia» que dejó Aznar.

El socialista Fernández Marugán salió al quite y lamentó «el fanatismo» en el diagnóstico del PP, con el que sacó a flote sus «pesadillas» y no contribuyó a «la brillantez» del debate.