¿Quién recoge el agua derramada?
Actualizado:En el juicio al que se ha sometido el Doctor José Manuel Vázquez, el fiscal retiró su acusación de homicidio por imprudencia y mantuvo la de falsedad documental, contundentemente rebatida por la defensa. Ahora le corresponde al tribunal aceptarla o desestimarla. A esta noticia y a la de la sentencia, en especial si es absolutoria en su totalidad, la prensa apenas le prestará atención y en la conciencia del público, probablemente, no conseguirá suplantar la idea que la información (escandalosamente difundida hace cuatro días) metió en el alma de la ciudadanía. Hicieron como ciertas las acusaciones del señor fiscal y convirtieron al profesor Vázquez en culpable inequívoco. Así tenemos configurada nuestra sociedad. Lo que dice la televisión, la prensa escrita o la radio (últimamente también internet) es lo veraz y lo único que existe. El trabajo concienzudo, la dedicación sin límites, la honradez insobornable, la elevada categoría técnica, de toda una dilatada vida profesional, pueden arruinarse impunemente con la irresponsable manipulación de una noticia. Al delincuente ya sentenciado y condenado por prostituir a su hija, se le oculta el nombre tras las iniciales. Al agresor que asesina a su mujer en la calle le ponen «presunto» asesino. Repasen las noticias del proceso: en ningún momento encontrarán la palabra presunto, ni oculto el nombre tras las iniciales. Probablemente será lo que nos merecemos los médicos que, cómo es bien conocido, en los últimos años, somos sujetos/profesión a batir. Pero ahora, ¿quién recoge el agua derramada?