El Plan E
Actualizado: GuardarLos planes bien trazados son los que al fin se llevan a cabo. En principio todos optaban al éxito, pero las circunstancias lo impidieron. Ahora la mayoría de los españoles cree que cuando se habla del 'Plan E' nos estamos refiriendo, para aprovechar la letra inicial, a los que dicen "estoy de veraneo" o "estoy trabajando de camarero". O tomándose una copita o poniéndola. Pero la verdad es que el auténtico 'Plan E' es un auténtico fracaso. Ha captado los recursos de otras administraciones públicas para inversión y las licitaciones de obra civil se han caído de boca, por mucho que hablen de ellas los bocazas del Gobierno.
El parón económico no sólo ha frenado la recuperación de los centros históricos de las ciudades, sino de los suburbios más tercos y hay muchos marginados que se enfrentan a grandes dificultades para reponer sus techos de uralita. No es del todo cierto que cuando las cosas van mal vayan mal para todo el mundo: van mucho peor para algunos, o sea, para los de siempre. Cuando caen las licencias de obras los más perjudicados son los albañiles, cuyo único consuelo gremial es que disminuyen ostensiblemente los accidentes laborales.
Los concursos de Fomento se han desplomado nada menos que un 70 por ciento en los cuatro primeros meses del año, según "Seoplan", que también se equivocó en sus planes, pero no sé qué plan de vida me espera. Detesto cargar las tintas, que ya bastante las carga el diablo de la actualidad. Quizá estoy bajo el influjo de los amigos que han cometido la descortesía de abandonarme. Victoriano Crémer, a los ciento y pico años. O Leocadio Machado, a los 84, que tampoco es una mala edad de esquela. A ambos los quise mucho. Quiero decir que los quiero. No voy a dejar de hacerlo sólo porque se hayan muerto.