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Sociedad

Los españoles que conquistaron EE UU

Fernando Martínez Láinez y Carlos Canales Torres relatan en un libro la exploración y conquista que realizaron nuestros paisanos en territorios de Norteamérica

TOMÁS GARCÍA YEBRA
| COLPISA. MADRIDActualizado:

En los colegios se enseña que España descubrió América. Se alecciona sobre los viajes de Colón y las hazañas de Hernán Cortés, Pizarro y otros ilustres conquistadores. Pocos escolares conocen, sin embargo, la exploración, conquista y defensa que llevó a cabo nuestro país en lo que hoy son los Estados Unidos. Durante trescientos años, soldados, navegantes, misioneros, colonos y aventureros plantaron sus banderas en fuertes y poblados repartidos por toda América del Norte, desde los límites de México hasta Alaska.

«Es una conquista olvidada», afirma el escritor Fernando Martínez Láinez, autor junto a Carlos Canales Torres de Banderas lejanas (Edaf), un ensayo de más 500 páginas profusamente ilustrado con mapas, dibujos y fotografías. «Se habla del descubrimiento y conquista de América repitiendo el tópico de la Patagonia al Río Bravo, cuando la expansión hacia el Norte no se detuvo en los límites de Nueva España (actual México), sino que abarcó lo que ahora es el territorio de Estados Unidos, desde Florida hasta la frontera canadiense, llegando incluso a Alaska, en cuya toponimia quedan todavía nombres españoles», explica Martínez Láinez.

El avance por el inmenso territorio norteamericano, que era totalmente desconocido para el resto del mundo, comienza poco después de la conquista de México, «con esa vocación de ir más allá y descubrir nuevas tierras que caracteriza a la España de los siglos XVI y XVII», precisa este historiador y periodista. Una realidad asombrosa que hoy cuesta imaginar, pero que era, según los autores, «el pan nuestro de cada día para aquellos españoles».

La exploración de aquellos territorios norteamericanos se realizó de manera planificada y tenaz, a base de expediciones, como las de Hernando de Soto o Vázquez de Coronado, sufragadas en buena parte con dinero de los promotores privados y apoyadas desde México, La Habana o la propia España. «Algunas de estas expediciones acabaron de forma desastrosa, pero la voluntad de continuar la exploración y conquista de Norteamérica persistió durante tres siglos, y en ella jugaron también un papel muy importante los misioneros».

Desprecio al pasado

¿A qué se debe el desconocimiento de esta parte de nuestra historia? Láinez encuentra algunas respuestas. «La culpa, en gran parte, es de los propios españoles. Somos un país amnésico y, con frecuencia, hipercrítico y despectivo con nuestro propio pasado. Pero el futuro empieza siempre ayer, y, sin el aprecio por su historia, una nación carece de futuro en el concierto mundial. Si no se respeta ella misma, mal la van a respetar los demás».

En el siglo XVIII, cuando Francia cede a España la Luisiana, el territorio dominado por nuestro país se extendía desde Atlántico hasta el Pacífico, y llegó a abarcar casi las dos terceras partes de los actuales Estados Unidos. En el libro Banderas Lejanas se recoge un listado de los fuertes, presidios, asentamientos, puestos avanzados y misiones españoles en Norteamérica. En cuanto a las ciudades fundadas, «basta echar una ojeada a los mapas que incluye el libro; existe un Toledo cerca de Chicago y un Nuevo Madrid en el centro de Estados Unidos; ciudades tan importantes como Los Ángeles, San Diego, Santa Fe, San Francisco o San Antonio de Texas fueron fundadas por los españoles», afirma este historiador.

Mucho antes de que los anglosajones llegaran a las praderas de Kansas o a los pantanos de Florida, los españoles ya habían comerciado, pactado o combatido con los comanches o los seminolas. «En muchos casos hubo entendimiento o sumisión por parte india, pero en otros corrió la sangre. El trato de los españoles a los indios no fue idílico, ni mucho menos, pero los indios disponían de tierras y estaban más amparados por la legislación de lo que estuvieron luego, cuando los anglosajones se apoderan del Oeste y se produce el gran exterminio indígena. De hecho, los pocos indios que quedan en Estados Unidos son hoy mucho más numerosos en la parte colonizada por España».

En cuanto a personajes legendarios o pintorescos, al estilo de Buffalo Hill o el general Custer, Láinez cita a Ponce de León, que fue en busca de la fuente de la eterna juventud; al franciscano fray Marcos de Niza, que aseguró haber visto ciudades de oro en pleno desierto y motivó que saliera la expedición de Vázquez de Coronado para encontrarlas; a Bodega y Cuadra, que con un barco casi deshecho y una tripulación enferma de escorbuto plantó la bandera española en Alaska; o Cabeza de Vaca, que realizó la marcha más asombrosa de la Historia: más de 15.000 kilómetros durante ocho años por el sur de Norteamérica.