Esfuerzo definitivo
Actualizado: GuardarL as sucesivas detenciones de destacados activistas de ETA, tanto en el País Vasco como sobre todo en territorio francés, continúan echando por tierra el mito de la imbatibilidad de la banda terrorista, pero sin que aun se pueda vislumbrar su definitiva derrota. Con la noticia de los indudables éxitos policiales, a los que contribuye la cooperación francesa, la opinión pública vive también la sensación de que la lucha contra ETA se eterniza, con la desarticulación de comandos y estructuras que se presume pueden rehacerse aunque sea a la baja. La implacable actuación del Estado de derecho en la prevención y persecución del delito terrorista amenaza con prolongarse tanto que cabe preguntarse si las instituciones competentes no están en condiciones de imprimir un mayor ritmo y de encadenar resultados más seguidos; de manera que tras demostrarse que ETA puede ser batida por los instrumentos de la democracia la sociedad perciba su pronta derrota. La eficacia en la actuación de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado constituye el argumento definitivo que acalla las interpretaciones de quienes todavía pretenden buscar alguna fórmula de naturaleza política susceptible de hacer desistir a los etarras. A la verosimilitud de lo que los proclives a la negociación con ETA han venido denominando «victoria policial» le falta ese punto de contundencia que anuncie el desmantelamiento definitivo de las estructuras terroristas.
Es lo que conduciría al conjunto del arco parlamentario en Euskadi a imaginar un final que sería imposible de rentabilizar de forma partidista y que impediría sobre todo que ETA y la izquierda abertzale presentasen la desaparición de la violencia como una concesión. La lógica satisfacción por detenciones que están dificultando a la banda terrorista la comisión de nuevos atentados no impide que se demande a las autoridades responsables para que incrementen sus esfuerzos humanos y sus recursos materiales, optimizando la colaboración entre las distintas policías y a nivel internacional, para acabar cuanto antes con ETA. Un objetivo hacia el que debe orientarse sin dilación la sintonía entre el Ministerio de Interior y los nuevos titulares del Departamento correspondiente del Gobierno vasco.