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La corta vida de los jefes militares
Los capturados en Francia llevaban huidos entre seis meses y un año y medio
| COLPISA. MADRID Actualizado: GuardarNo se trata de un súbito fervor juvenil, es que los miembros de ETA son detenidos antes. Así explicó ayer Alfredo Pérez Rubalcaba la corta edad de los tres detenidos el sábado en las inmediaciones de Pau. Asier Borrero tiene 24 años, Itziar Plaza, 26, y Iurgi Garitagoitia, 25. El ministro indicó que no se trata de que los dirigentes de ETA «sean cada vez más jóvenes» ni que se haya producido un cambio en la estructura demográfica de la organización porque empiecen a militar antes. Lo que sucede, insistió, es que caen en manos de las fuerzas de seguridad más pronto, fruto de su falta de experiencia y de la debilidad de la infraestructura terrorista.
Aunque entre los detenidos no figure el jefe militar de ETA, los tres tienen cargos de relevancia en esa estructura y su captura evidencia que los responsables de los comandos tienen ahora una vida más corta que hace unos años. Francisco Mujika Garmendia, 'Pakito', estuvo casi una década al frente del aparato militar, y su sucesor José Javier Arizkuren Ruiz, 'Kantauri', siete, pero con la entrada en el siglo XXI los liderazgos fueron cada vez más cortos. Francisco Javier García Gaztelu, 'Txapote', apenas estuvo dos años, e Ibón Fernández de Iradi, 'Susper', un año. Garikoitz Aspiazu, 'Txeroki', rompió esa tendencia y logró mantenerse a salvo de las fuerzas de seguridad más de cuatro años y medio, pero su detención el 17 de noviembre pasado provocó una sucesión de 'micromandatos'.
El sucesor de 'Txeroki', Aitzol Iriondo fue el jefe militar durante escasas tres semanas, un poco mejor le fue a Jurdan Martitegui detenido el 18 de abril pasado, cuatro meses después de haber tomado el relevo. No han pasado desde entonces ni tres meses y también han sido capturados, si no el máximo responsable de los comandos, sí tres de sus más cercanos colaboradores, Borrero, Plaza y Garitagoitia.
Pérez Rubalcaba recordó que los tres habían huido hace poco tiempo ante la presión policial en España sobre los comandos en los que estaban encuadrados. Garitagoitia escapó a Francia hace seis meses; Borrero cruzó la frontera hace un año; y Plaza, la más veterana, se refugió en el país vecino hace año y medio. «Esa es la longitud de su escapada» y ahora pasarán «un número importante de años en la cárcel», resumió sarcástico el ministro del Interior.
Destino, la cárcel
Rubalcaba avisó a los jóvenes que «tienen en la cabeza» la idea de ingresar en ETA que su «destino inmediato» será la cárcel, porque al mismo tiempo que «solicitan» la entrada en la organización «solicitan el ingreso en prisión». Esta conjunción se produce, agregó, porque las detenciones son más frecuentes que hace unos años por la debilidad que atraviesa la organización. Como prueba de esta anemia citó que en los últimos 22 días se habían producido 18 capturas de miembros de ETA en España y Francia, sin contar con los tres detenidos en la ciudad francesa este sábado. Un ritmo que pocas veces se ha alcanzado, en opinión de los expertos de la lucha antiterrorista.
Las detenciones de Pau también permitieron constatar a las fuerzas de seguridad que, junto a la juventud de los dirigentes, la penuria se ha instalado en la organización terrorista. El ministro del Interior llamó la atención sobre el hecho de que fueran arrestados en posesión de material de acampada, lo que demuestra, a su juicio, que pensaban «acampar en el monte porque no tenían piso» donde refugiarse o que «compartían piso y monte». Muy lejos de los años en que las casas de acogida para los etarras en Francia afloraban por doquier.