«Si cuesta conseguir clientela, imagínese las propinas...»
| EL PUERTOActualizado:Antonio Rubio es cochero de caballos, un negocio típicamente andaluz. La estampa de él y su jaca blanca es -junto al clásico Vaporcito- una de las estampas más castizas de cuantas pueden verse en el histórico parque Calderón de El Puerto.
Antonio vive del turismo y sobre todo del verano, por lo que maldice una crisis que está provocando que muchos visitantes se priven de actividades que en tiempos de carestía son considerados lujos. «Si cuesta conseguir clientes, imagínate propinas», explica Rubio.
Uno de sus compañeros es algo más pesimista: «me puedo llevar la mañana entera aquí al sol y apenas se monta una persona», relata apesadumbrado. «A mí sí que nunca me dejan propina», remata ofuscado. Tanto Rubio como su compañero confiesan que hay veces que sus clientes intentan regatear con ellos buscando una rebaja a la desesperada, algo que no entienden a tenor de los «precios asequibles». Igual que el butanero Juan Manuel Rubio sostiene que «muchas veces el que parece que más tiene y mejor se va a portar es el que no te da nada». En este sentido, el cochero también desmiente el tópico de que los extranjeros son los que más dan. Una parte considerable de sus clientes vienen desde otros países y «no dejan ni siquiera céntimos». Y eso que en algunos lugares es obligatorio. Rubio tampoco lo tiene estudiado, pero duda mucho de que el número de los que dan propina sobrepase el 15% o el 20%.