Berlusconi en el imperio romano
Actualizado: GuardarBerlusconi es una patología política. El argumento de que la mitad de los italianos lo votan, como lo hicieron a Mussolini en su momento, no desdice un ápice la idea de que el modo de hacer política de Berlusconi es una degeneración de la democracia. Es una deriva hacia un régimen inclasificable, que se acerca progresivamente al putinesco, no por lo de las velinas de pago, que podría ser, sino por el control despótico del Gobierno, el Parlamento, el Poder judicial y los medios de comunicación que ejerce Putin. La situación tiene algunas semejanzas con el imperio romano, como cuando Calígula nombró a su caballo Incitatus Cónsul y Sacerdote. Es el caso de las velinas que han sido elegidas en las listas de Forza Italia o de sus coaligados. Menos mal que la exmujer de Belusconi, Verónica Lario, ha dicho lo que muchos sabían o callaban, atreviéndose a denunciar los vicios privados que ocultan las públicas virtudes de este rijoso anciano que se hace llamar Il cavalliere.
Mientras la socialdemocracia no se atreve a denunciar con rigor y dureza el desvarío del régimen hacia un presidencialismo autócratico que, en su beneficio, modifica las leyes a posteriori, la Iglesia no le da la espalda como exigiría su moral cristiana. Quizá esperen que, como hizo Cayo Julio César Augusto Germánico, Calígula para la historia, haga llamar a las aristócratas para prostituirlas bajo amenaza de decapitación., que te dejarán pasmado y boquiabierto!
El símil con Calígula no desmerece del simbólico recuerdo de Nerón tocando la lira en aquellas orgías alrededor del ticlinium, mientras ardía Roma. Berlusconi ha incendiado y prostituido no sólo Roma, sino Italia entera, que pierde fuerza política en el exterior, potencial económico y riqueza, capacidad de innovar y diseñar, su tradicional creatividad artística, su inmensa cultura política y su decencia como país democrático, con Berlusconi y su gobierno dedicados a entretener al pueblo con el panem et circensis del antiguo imperio.
¿Qué ha hecho o no hecho la izquierda para merecer esto? Muchas cosas: desunirse en busca de protagonismos personales, no ser convincente ni como referente ético ni como gestor económico, doblegarse a la tiranía ideológica de la Iglesia, no oponerse con firmeza a los atentados jurídicos contra la democracia, no defender la libertad de prensa y denunciar la manipulación mediática, no apoyar a muerte a la judicatura que quiere hacerle pagar sus delitos, no defender y demostrar valores cívicos y solidarios, etc.
Se me ocurre que habría que invitar a salir a la calle a todos los italianos avergonzados por el sátrapa para unirse en un inmenso corro alrededor del Palacio del Quirinale, al estilo de los girotondi, hasta conseguir forzar su dimisión por indignidad para el cargo de representar a un país tan culto y admirado en el resto del mundo.