Las obras del estadio estarán paradas hasta que no haya aparcamientos

El alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso, mostró ayer su indignación por los insultos que recibió ayer a cuentas de la construcción del nuevo campo de fútbol del Puerto Real. Barroso manifestó que no piensa «consentir actuaciones como las que tuvieron lugar en el Pleno del pasado jueves», en el que un aficionado exaltado, trató de agredirle después de insultarle. Tras el incidente, el alcalde ha roto el diálogo con el presidente de la asociación deportiva y afirma que sólo hablará con él «en los juzgados».

La raíz del problema es la diferencia de pareceres entre el regidor y el presidente del Puerto Real, Antonio Bohórquez, respecto a la construcción del estadio, cuyas obras se encuentran paralizadas. Las obras no tendrán lugar hasta que se presente por parte del Puerto Real un proyecto en el que se contemple la instalación de 200 plazas de aparcamiento estipuladas por la ley.

Un estadio que según palabras de Barroso, «no sería posible sin el apoyo que se ha mostrado desde el Ayuntamiento». El nuevo estadio, que inicialmente contaba con 11.000 metros cuadrados edificables, se ha recalificado en un total de 22.000 metros cuadrados en los que además del uso deportivo, tendrá lugar también el uso inmobiliario y comercial.